¡A
POR ELLOS!
La expresión ¡a por ellos!
Es típica en España; es lo que decimos en Latinoamérica ¡vamos, tras ellos!, o más
corto, ¡síganlos!; y de verdad que hay por quienes ir siguiéndoles o más
dignamente, acompañándoles.
Sin definirles como líderes,
pero sí marcadores de pauta, existen personas que están por encima de la
hiperinflación, escasez, abusos, mentiras, manipulación, burla y ceguera
nacional. Son los que se le revelan hasta quienes siguen su mismo objetivo –salir
de los malos gobernantes y sus acólitos-, pero que por un falso radicalismo,
hastío impertinente e ínfulas de ser mejor, pierden los lazos más básicos de
compañerismo, alianza, respeto mutuo, amistad y hasta amor.
Más, volviendo a los que
hay que seguir y hasta perseguir porque andan errantes tratando de esparcir su
bien, esas personas dan desde un poco y hasta todo por sus comunidades, áreas
laborales, pasiones y demás. Y tratan de compensar lo que los demás niegan
aportar, sea porque les han engañado, defraudado o simplemente no tuvieron
ejemplo de hogar o entorno que les despertara ese instinto que duerme en cada
uno: ser útil para los demás, como lo es consigo.
Una pequeña lista de
ejemplos, les daré a continuación.
- Quien le enseña béisbol a un niño y quien compra trofeos y medallas de su
bolsillo, para hacer un torneo que inste a la sana competencia y a esforzarse
para mejorar.
-
Quienes hacen una olla de sopa y comparten
con propios y extraños, sin mezquindad, sin discriminación.
-
La persona que le lleva una hallaca o dulce
a otra persona, aunque le costara demasiado dinero hacerlas y fuesen pocas.
-
Quien de su caja del clap, comparte con
quien no le llegó.
-
Quien parte y comparte su pan con quien de
verdad lo requiere.
-
Quien dona ropa para que la vendan y no
toma el dinero, sabe que hizo un bien aún con intermediarios.
-
Esa persona que regala agua en una
parada llena de personas que por mucho
rato espera un bus.
-
Quien le dona un poco de comida a
indigentes, limpiavidrios, cuida carros, tan sólo porque le nace (o hasta paga
una promesa, lo he visto).
-
Esa persona que desea felicidades aunque
sea por un mensaje de texto y más a quien no lo espera. Igual cuando es un
mensaje de ánimo.
-
Quienes comparten su WiFi.
-
Quien avisa dónde poder conseguir algo de
comida barata y no se colea, sino que hace su cola formalmente.
-
Quien le da una dirección de manera
correcta, a quien se la solicita.
-
Quien cumple sus deberes cívicos, desde
votar en una elección (o quien decide no hacerlo, bajo argumentos sólidos),
hasta botar basura, pagar impuestos, denunciar fallas o a transgresores.
-
Quien ofrece un hombro para llorar,
gimotear, suspirar de melancolía, para bajar la depresión, tristeza, soledad.
-
Quien coloca agua y/o comida a los
animalitos de la calle.
-
Quien da lecciones de vida, en medio de su
cátedra, para formar alumnos prácticos que vean “más allá de lo evidente”, para
que sean personas de alta moral profesional, mejores humanitariamente,
creativos y constructivistas.
-
Quien se disculpa cuando cometió un error,
levantando su dignidad.
-
Quien evita mentir, quien evita que los
demás sufran las consecuencias de sus actos u omisiones.
-
Quien se arrepiente de sus fallas y más que
prometer redimirse, fabrica esa redención con honestidad y acciones debidas.
-
Quien deja al personalismo de lado.
-
Quien ve grandes disfrutes en pequeñas
cosas, en pequeños momentos, esos que construyen a la felicidad.
-
Quien sabe que Dios vive en todos los
corazones, y quien lo saca y no se deja rescatar, pes es el mismo Dios quien
decide qué se hará. Nadie de bien decide la vida de otro para dominarle, decide
ayudarle o decide alejarse, para mantener el balance.
-
Quien regala una sonrisa digna, sin esperar
nada a cambio.
-
Quien no se aprovecha de quien le sonrió de
buena fe.
-
Quien busca unir voluntades para conseguir
un fin que sea beneficioso para la mayoría del conglomerado del cual se atiene.
Seguramente me quedé
corto, pero es la idea de a quienes seguir. A esa gente de bien que ofrece de
lo que tiene y que nos da el buen provecho de plenarnos de ellos más allá de lo
tangible. Lo tácito es lo que nos llevamos a los sueños, para luego pasar a los
proyectos y concretar en acciones y vivencias que nos alegrarán. Somos el
génesis de las cosas buenas que nos llegan cuando buscamos ser útiles.
Lcdo.
Argenis Serrano - @Periodistech