El día 05 de enero, durante su toma de
posesión como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el diputado Juan
Guaidó hizo énfasis en que –palabras más a menos- “la Asamblea Nacional se encargará
de la representación política”.
Como las redes sociales son la madre de las
confusiones debido a que cada quien hace libre interpretación, no tanto por su
libre albedrío sino por el anhelo de que sea una fórmula mágica, vamos a
explicar rápidamente lo que es la representación política a la que hace mención
Guaidó.
La representación política es
una institución mediante la cual una comunidad (en
este caso, elecciones del 2015), selecciona y elige a alguno o algunos de sus
miembros para que se hagan cargo de la defensa y proposición de los temas y los
intereses que son comunes. En este caso, los que atienen a la protección
social, económica, de defensa e institucional en primer y urgente necesidad de
acción.
De
esta forma los diputados como nuestros representantes (ante la Comunidad
Internacional, FAN, Instituciones) fungirán con mayor peso como un órgano de
discusión y decisión como gobierno (de transición).
El
significado original de representación política es la actuación en nombre de
otro en defensa de sus intereses (ciudadanía venezolana dentro y fuera de sus
fronteras, además del territorio). El representante no sólo encarna esos
intereses, sino que debe racionalizarlos para poder inscribirlos en el orden legal y estatal de que se
trate. Esta representación política contiene varias condiciones y presupuestos que la AN no posee y que tendrá que enfrentar,
por ello tendrá que apelar a la recuperación de capitales robados a la nación y
buscar cómo disponerlos al servicio del país, sea en salud, alimentación,
materia prima. Es tanto lo robado que las posibilidades de que abarque un buen
trozo del problema al principio, se hace factible para muchos economistas.
La
representación política está emparentada con la idea de control y de responsabilidad del representante; ese punto hace que
seamos testigos y garantes de lo que haga la AN de ahora en adelante, pero no
sólo ellos, acompañarlos, porque la presión social se hace necesaria para
desestabilizar más al régimen de nicolás maduro, que hace aguas en su círculo
más fiel y comprometedor por el número de secretos que posee.
El representante lo es porque se somete a
la fiscalización de sus representados y aquí Guaidó se apega a reconocer
errores por omisiones y demás, lo que quiere subsanar, pero no los hace
infalibles, por ello se requiere más analíticos y menos haters de tonterías,
como ocurre con Aristiguieta Gramkco, Blanca Rosa Mármol de León, Julio Coco y
el maricorinismo que por ser financiados por algunos delincuentes financieros,
inician campañas que envenenan y dan pie a los amargados para que tuiteen sin
pensar y defenestren al único bastión de protección que queda, la AN.
Los diputados deben actuar con
responsabilidad respecto de las exigencias de la ciudadanía que lo sostiene, procurando lograr que se
cumplan las factibles exigencias normativas de esa sociedad.
En nuestro sistema político
la renovación o no de la confianza a la AN sólo es posible en las siguientes
elecciones, lo que no deja de afectar a la idea de que el pueblo, gracias a su carácter soberano, es el que siempre decide en democracia. Mientras estén tantos diputados luchando contra
las huestes del madurismo, hay que darles apoyo, la factura viene después.
Ver a la AN como representante
político legal del Estado
El Estado como actualmente lo concebimos, descansa sobre
tres pilares fundamentales, que son: la soberanía, la separación de poderes y la idea de la
representación política.
Si la
soberanía es una cualidad del poder estatal y el principio de la separación de
poderes es una técnica en defensa de la libertad, la representación política constituye un proceso de interrelación entre el Estado–aparato y el Estado-comunidad.
La AN tendrá que cubrir, destituir, develar
males, nombrar a nuevas autoridades para lo que se requiere el respaldo de la
FAN y la organización de la sociedad en protestas organizadas, quejas bien
fundamentadas y el desconocimiento a la usurpación del psuv al poder ejecutivo
venezolano.
Y en la soberanía, el caso del Esequibo
será determinante para la AN ya que debe tranzarse directamente con los tres
grupos que manejan a Guyana: Estados Unidos, Rusia y China, para que cese la
profanación de nuestro territorio y sus potenciales económicos y sociales. Acá es
donde habrá una verdadera negociación ya que el país ha sido endeudado y
empeñado por unos maulas de mal corazón.
El nuevo y buen corazón es la AN que hay
que cuidar y exigirle la mesura, el paso a paso, la táctica, el marcar la
agenda política y la actuación social que nos libre del yugo rojo y además de
la ignominia de la flojera que ha sido mantenida con bonos que han aumentado la
hiperinflación.
Tendrán que ser fuertes y duros, pero con
lógica y justicia social, serán éticos y nos funcionará a todos.
Lcdo. Argenis
Serrano – Twitter: @Periodistech