Internet en Venezuela es el más lento del continente americano, pero a pesar de ello es de los que tiene más personas suscritas al servicio, en proporción a la población. Sin embargo, con las fallas eléctricas que azotan a diario al país, solo en la región capital es donde se puede disfrutar de un acceso medianamente aceptable para navegar en la red.
Podemos decir entonces que el grueso de las personas activas en las redes sociales, y más particularmente en Twitter, está en Caracas, y es de suponer que en términos porcentuales con respecto a la población del país es dudoso que sea mucho más de un 5%. ¿Qué quiere decir eso? que poco más de un millón de personas integrarían las redes sociales en nuestro país y de este horizonte aquellos conocidos como los guerreros del teclado, deben ser una fracción insignificante del total de usuarios. Eso sí, hacen bulla y recuerdan aquel clásico ejemplo de la historia militar cuando un pequeño grupo de soldados a caballos que arrastraba por la punta ramas para hacer polvo y hacer creer al ejército contrario que veía con catalejos, que era mucha la caballería dentro de la ciudad sitiada.
Los modernos guerreros del teclado pretenden hacer creer que ellos son la expresión de la voluntad popular mayoritaria y por ello se dedican a criticar las acciones que lleva a cabo Guaidó, haciendo pensar que son multitudes las que opinan como ellos.
Pero la verdad la precisan las encuestas de opinión que dan informaciones contrarias a lo que se afirma en las redes sociales y que aunque no lo quieran, la aceptación popular de Guaidó ronda cifras cercanas al 60%. Lo mismo sucede cuando se pregunta si están de acuerdo con una intervención militar en Venezuela, o si consideran que hay que explorar otras vías que conduzcan a una solución pacífica a la crisis.
Nadie niega que en democracia todos tenemos derecho a tener una opinión propia, lo que no es aceptable es que se tergiverse la realidad para someterla a una visión particular o personal de los hechos.
Fuente: www.analitica.com