No se trata de una fórmula política, sino de una necesidad real en un país que cada día se va descalabrando más.
No hay que tener una posición política en específico para ver y entender que Maduro no está en condiciones de producir los cambios requeridos para solucionar las diversas crisis que él ha propiciado y que un nuevo gobierno de unidad nacional, que siga sistemáticamente una hoja de ruta que involucre cambios fundamentales en las políticas económica, petrolera, educativa, social, sanitaria, asistencial, humanitaria y productiva, solo se podrá alcanzar con el amplio apoyo de la comunidad internacional.
Las negociaciones internacionales lideradas por EEUU y acompañadas por el Grupo de Lima y la Unión Europea, van en pos de convencer a China, Rusia y Cuba que lo mejor para todos es que en Venezuela se instale de manera provisional un gobierno amplio que garantice estabilidad al país y permita a término elecciones amplias y libres.
Para que estos países se sumen a esta iniciativa es obvio que pedirán garantías futuras para resguardar sus inversiones, el repago de sus préstamos e incluso el suministro de petróleo.
No sabemos si estas negociaciones internacionales que están en curso tendrán o no éxito, de lo que si estamos convencidos es que, en ausencia de acuerdos internos, por demás poco probables, la solución a la crisis venezolana seguirá estando en las manos de los principales actores de la geopolítica mundial.
Fuente: Analítica.