Más allá de los descritos
en la canción de Franco De Vita del mismo nombre, que son un problema social
inmenso que parece acrecentarse, al menos en Venezuela, me refiero en esta reflexión
de los niños que se están criando en los apagones.
Desde que iniciaron el 07
de marzo de 2019 por la falla en la Represa de El Guri, con la falla de 2 de las
turbinas que aún esperan reparación, a pesar de haber llegado los reemplazos
(dixit la prensa oficialista) a Puerto Cabello y su traslado al Estado Bolívar,
esa no es una reparación de horas ni días, sino meses. Y las alternativas no
son aplicadas porque los apagones han servido como control político de la
sociedad, para impulsarla a emigrar o bajar el gasto o amilanar sus protestas. Ha
funcionado relativamente, porque el repudio nacional es mayor y sólo se espera
el cómo y cuándo pasarles la factura.
Pues ese día se hizo el
punto de partida del cambio en la vida de los niños, el que muchos aún no saben
cuánto les afecta y que lamentablemente juega con su inocencia.
He presenciado lo siguiente:
Niños que se acuestan a
las 11 de la noche cuando por suerte llega la electricidad. Otros duermen en el
zaguán o el techo.
Algunos están jugando en
la oscuridad hasta pasadas las 10 de la noche, con supervisión de sus padres.
¿Cuándo en nuestros tiempos?
Apenas se corta la
electricidad gritan ¡MADURO COÑOETUMADRE!, y se lo ríen. Sí bien es cierto que Nicolás
maduro es eso y más, la educación debería ser bastión en la infancia.
He visto niñas pequeñas llorar
porque saben que sin electricidad los zancudos les picarán, habrá calor, les
costará entretenerse. También es que perciben el stress de los adultos que ya no
consiguen como minimizarlo y que la pagan directa o indirectamente con ellos.
El nivel educativo es
mucho menor y los adultos lo saben, incluso maestros. Por más esfuerzo que han
hecho, el año escolar resultó con grandes pérdidas que se traducirán en el
desarrollo cognitivo de los niños sí no consiguen la orientación debida.
La televisión nacional es
de por sí débil en lo que respecta a la privada y maligna en la pública, la
solución es el cable y la Internet, pero sin electricidad, ¿cómo hacen?, y
lamentablemente somos el país con la menor lectura de libros por año. Su educación
y entretenimiento están siendo doblemente afectados…y hasta más.
Son los hijos de la
oscuridad, los que los padres buscan cómo hacerles llevar una vida bonita y
normal a como se puede en un país arrasado por una corrupción galopante bajo el
disfraz de una ideología que no lo es tal.
Esos niños merecen un
nuevo destino, por ello usted, adulto, ya deje de estar divagando en tonterías,
únase contra el enemigo común, que es el que ataca a sus hijos y a toda la
infancia, a ese es el que debe atacar de manera inmisericorde, continua, en
bloque. Ya después endereza cuentas con los torcidos, que son miles de veces
menos dañinos que los forjadores de la destrucción del país.
Lcdo. Argenis Serrano @Periodistech