Cualquiera
que sea la posición que una persona ocupe dentro de una empresa, busca siempre
mostrar lo mejor de su personalidad para ganar atención y sobre todo, una
promoción.
Avanzar
en una organización es una gratificante forma de no estancarse y evitar también
estar pasándose de compañía, que si bien no está mal, toma su tiempo de adecuación;
además, los años no ayudan y las normas sobre la edad tienden a ser una traba
que va en contravención a nuestro espíritu.
Para
obtener nuevos puestos y nuevos cargos, hay que actuar de manera dual y
combinada. Lo dual es cómo te prepares para ascender dentro de la compañía y
cómo te comportas en tu vida personal.
Como
forma de introducirse a lo primero, sugerimos visitar esta página web donde podrás aprender el cómo obtener un ascenso, ya que es un trabajo meramente corporativo y que los profesionales
saben indicar.
Aquí
en PERIODISTECH nos encargamos de comentar las técnicas que nos han sido legadas
y que batallamos por aplicar en nuestras vidas para afianzar a nuestra
personalidad, que no es cambiarla, sino mejorarla en pro de lo que nos
conviene.
Y
lo que nos convienes es el bien general, porque todo es un bumerán y aunque lo
neguemos, muchos nos necesitamos. Además, haz
el bien y no mires quien es un
mantra de una personalidad firme y que sabe ser como el bambú.
Cómo consolidar nuestra personalidad, para ser un mejor trabajador y ciudadano
Conocimiento:
Conocer a fondo al negocio donde se está. Estudiando de manera empírica a la
compañía y su estructura organizacional, misión
y visión.
Interés:
Poseer un verdadero, autentico y bien balanceado interés en su trabajo, pero
que éste no quite tiempo a su vida social y de descanso. El trabajo es vida,
pero desvivirse por él jamás cubre a las demás necesidades, las agota como al
cuerpo y mente.
Autoridad:
No se deben temer a las responsabilidades y al apoyo a los compañeros, incluso
a los más ingratos. Una de las virtudes de la personalidad es no cometer las
bajezas de otros, claro, sin hundirse por o con ellos. Hasta donde el brazo
alcance y el trabajo en equipo
exija.
Salud:
La personalidad es una expresión de la salud y viceversa. Si ambas no se
cuidan, se nota. Además, no produce y todo se le va en costearse remedios. Por eso,
trabaje al 100% de sus posibilidades, pero no dejando todo en su empleo. Duro y difícil, pero necesario.
Empuje: Hay que poseer
abundancia de energía psicológica, o sea, la energía de que dispone la persona
para tomar decisiones importantes. Es la determinación de fijarse objetivos sin
apuros pero con constancia, trabajar en ellos, alcanzarlos…y volver a empezar.
Control
privado: Todo lo que sugerimos se aplica en el
trabajo, pero se forja fuera de él. Si aprender a manejar su salud, gastos,
vida sentimental, balance familiar, responsabilidades civiles, mercantiles y
jurídicas y además, se deja asistir por profesionales y personas que le dicen
lo que debe oír y no lo que usted quiere, dé por seguro que dichos
conocimientos y sentimientos mejorarán y blindarán a su personalidad.
Ser
una persona de recursos:
Mientras
su mente no se obnubile ni su corazón se endurezca con indiferencia, buscará
brindar recursos a otros y le estimularán sus procesos cognitivos y
cognoscitivos.
Amplitud
de criterio: Aunque tiene sus opiniones personales,
no se deje influenciar por ellas sin antes hacer una desapasionada
consideración de los puntos de vista opuestos o sin examinar cuidadosamente
cada cuestión que se presente. Esto ayuda a la hora de sopesar lo que hace el
entorno y no tomarse a la ligera las opiniones o dejarse llevar por las
molestias. La debilidad por orgullo,
merma a la personalidad.
Organización:
En cada momento de la vida, incluso cuando tenemos problemas personales o no
sabemos cómo arrancar, debemos ir una cosa a la vez, así sea desde la más
sencilla. Quitando el sucio, se ve al
cristal.
Perseverancia:
Antes de decir “me rindo”, ver si se pueden hacer las cosas de otras maneras a
como las pensamos. En ocasiones, por mantener una personalidad estoica, nos
saturamos y no sabemos ir gota a gota, suave pero sin parar.
Cooperación:
Ser capaz de convivir con otros sin reñir e incluso fuera del horario laboral
(un almuerzo, una visita al bar, merendar en una plaza o en el comedor, etc.). Es
allí donde se drenan los impasses y el trabajo se quita el peso de la tensión.
Tacto:
En todo momento de la vida se ha de aplicar la diplomacia. Eso no les hace
amigos o colegas, les hace personas. Salvo con los ruines que no cambian, hay
que ser diplomáticos en algunos instantes. Y que siempre se note que su
personalidad no es superior o apabullante, sino que es la de un ser humano
correcto.
Apariencia:
Como se es en la calle y casa, se debe cambiar en el área laboral. Pero no del
todo, porque puede ir apagando su chispa. Y hay a quienes ameritas de tu lado y
sólo se les gana mostrando que eres una persona normal que sabe que la igualdad existe, sólo que dicha igualdad
debe ser hacia arriba y sorprendente, no a lo más bajo y común.
Queda pues decir que la personalidad
No
es algo que viene solamente con el estilo y la educación, lo empírico y el
libre albedrío. Es una construcción personal que mejora por no ser perfecta,
pero que busca la excelencia y deja huella. En el área laboral se siente más,
por ser donde más estamos.
Tener
una personalidad agradable, atractiva. Llevarse fácilmente bien con los demás
en la medida de lo posible y que la química lo permita, caerle “asequible” a la
gente.
Poseer
un temperamento suficientemente equilibrado como para no perder los estribos
así como así, es decir, ser capaz de mantener la serenidad y control de
la situación en diversas circunstancias, nos ayuda a conservar una capacidad de liderazgo muy especial,
que brota a nuestro paso y que muchos acatan espontáneamente, lo que muchos
llaman la personalidad magnética.
Y
esa forma de personalidad, mejora nuestra calidad de vida porque atrae lo bueno y aleja a los malos.