Mientras
el Estado se haga más grande e ineficaz, seguiremos sin un Salario Mínimo Justo en Venezuela y
varios países de América Latina; uno que se euipre al salario medio en suiza (uno de los mejores). Quizá el único que hasta ahora tenga aspectado
salir de ese mal, sea Argentina con Javier Milei, lo que equipararía sus
sueldos con otros como en El Salvador, Ecuador, Uruguay y más lejano, Brasil.
Pero,
las quejas por el salario deficitario en el país, van en aumento. Los pensionados
son los primeros en quejarse, en extremo dolidos por ser quienes más votos y
adhesión han aportado al gobierno de Miraflores. Una trastada que no les da
vida, aunque no les quite la fidelidad, con la esperanza de un mañana mejor que
ya miles, no han visto, sea porque se los llevaron del país o el fin de sus
días llegó sin ver su sueño cumplido.
Si
analizamos a portales especializados como SalarioJusto.com,
podremos contemplar en cada uno de sus análisis, cuánto, cómo y el porqué de cada
salario justo en su extenso y bien
elaborado listado de países. Metódicamente muestran no sólo la cantidad, en qué
lo invierten las personas y el cómo es generado por el Estado.
Se
ve a leguas la eficiencia y desprendimiento económico que permite tener un salario
mínimo justo que permita cubrir los elementos más básicos de una persona,
pareja o familia de 3 a 4 personas, estandarizadas.
Aunque
sea engorroso, debo recordárselas, porque así como hay muchas solicitudes y
protestas, tampoco hay un desglose generalizado que unifique criterios. Por eso
las protestas son trémulas y se van diluyendo, en especial porque se colocan a
las fuerzas del Estado a intimidar o reprimir, se otorgan bonos aplacadores momentáneos
o aparecen sindicalistas u otros voceros
mediar de la manera más perjudicial para la parte afectada (y esta se
queda quieta hasta que tarde entiende que ha sido birlada y burlada).
El salario mínimo justo debería servir para…
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Alimentación:
Los productos más básicos y que puedan extenderse a la quincena (etapa de cobro
en Venezuela). Proteínas, carbohidratos, productos perecederos.
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Salud:
Preventiva y/o la atención de patologías.
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Ropa
y calzado: Los elementos más esenciales, en especial la de los
más pequeños y jóvenes que cambia según su crecimiento.
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Alquiler,
pago de compra de vivienda o reparaciones: Aunque sea a nivel de ahorro o de pago fraccionado.
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Transporte:
El
gasto menor pero más recurrente e incisivo. Se come en la actualidad todo el salario
mínimo justo en una semana o menos.
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Servicios
básicos: Incluimos sólo gas, agua, electricidad y condominio
sí aplica.
Más lo que ocurre es…
Que
el Estado gasta más de lo que genera. Además mantiene un discurso populista,
lleno de enemigos ficticios y cuentos nacionalistas que no permiten un balance
real en el país. Y la población, no la ve o de hacerlo, trata de hacerse de la
vista gorda.
Leer
en portales como SalarioJusto.com el cómo los países distribuyen los pagos para
que el nivel de vida en sus necesidades básicas (más elementales) sean
cubiertas, debería ser un pie que unifique criterios para esgrimir exigencias,
concertaciones, reclamos justos y que el Estado disminuya su despilfarro, para
que los requerimientos de la ciudadanía sean cumplidos.
De
hecho, eso es lo que constitucionalmente toca, pero no se acata. Y aunque en
muchas empresas y tiendas, la quimera del salario mínimo justo se esfumó,
porque brindan salarios más competitivos y/o lógicos, no dejen de verse
afectados por la distorsión del mercado
que repercute en los precios, bienes y servicios.
De
allí que Venezuela sea un hoyo negro
para los dólares, donde se gastan muchos, como si así se generaran. Ya es
tanto el gasto, que hasta parecen bolívares cuando se ve que cada compra los merma
de manera vertiginosa y nada satisface.
Esa
es una de las tantas consecuencias de una máquina de hacer dinero inorgánico
que distorsiona al país y en el que la demanda pública es tan alta,
subsidiándola para no pagar liquidaciones altas, que todo termina
convirtiéndose en pérdida, así se tenga mucho.
Gracias
a SalarioJusto.com por ser uno de los bastiones informativos y formativos sobre
los pagos reales en países equilibrados y cómo inciden beneficiosamente en
todos los sectores, tanto receptores como en quienes ofrecen bienes, productos o
servicios, a los que acceden aún con su salario mínimo justo, gracias a la
compra directa, a crédito o simplemente con un ahorro sistemático.