A solicitud de
mis familiares, amigos, conocidos y contactos en redes en el exterior, ávidos
de material para sopesar su vuelta a la patria o el no hacerlo y sí es verdad
que Venezuela está bien.
Queda en ustedes
la decisión, ya que esta es sólo una óptica y la recopilación de varias. Sólo la
necesidad, la querencia, el libre albedrío y el llamado del corazón, pueden
pesar en su decisión, no en lo que les diga otro, aunque cuando –como en este
caso- se dice con cruda franqueza y mucho respeto a sus creencias, ideologías y
nostalgia y sin ánimos de alimentar algún resentimiento contra un país
maravilloso, pero con incidentes que son su antítesis.
El país que dejaron los migrantes,
incluso en este mismo 2023, no es el mismo. Incluso el mes pasado, no es el
mismo. Aunque los mismos patrones u otros emergentes que se hacen parte del día
a día, rutinario y extenuante, se presenta. Lo que no nos queda claro es eso de
que Venezuela está bien.
Tal vez ese arreglo lo llamen a la
decoración y a las actividades, que distan de las colas para tomar un número
desde las 2 a.m., para que a las 6 a.m. optásemos a estar entre los
“afortunados” a recibir un ticket entre 60 números a repartir y así optar a
comprar 2 panes campesinos que despachaban a las 6 de la tarde.
La verdad, que eso no suceda es
bueno y que tampoco debió suceder es de considerarse. Pero como dije en un
principio, la Venezuela que ustedes –gente buena- dejaron, no es la misma y me
consta. Pero repito, los patrones antiguos y nuevos están latentes y prometen
evolucionar incluso en su involución.
Lo anterior lo digo, porque los
marcos legales, normativos, idiosincrasia, estilos, peticiones, coimas,
“sugerencias para resolver” y el “esto es lo que hay + el cuánto hay pa’ eso”,
siguen vivitos y perfeccionándose. Nada ni nadie va a cambiar eso, lo que lleva
a pensar que el problema no es sólo de quienes dirigen, sino de los que son
clave en la sociedad. Mala combinación, claro está. Y ustedes, se la saben,
aunque no es la misma que estaba cuando se fueron, debo recalcar hasta el
cansancio.
¿Venezuela está bien?
He aquí unos puntos que dejo como
hechos, porque ponerme a influir en su decisión de creer la información que les
llega o la percepción que tienen fija, me parece cansón y hasta de muy mala
educación.
Difícil es no poner del corazón en
esto, porque lo vivo y ser lo más subjetivo posible. Pero el deber llama y
ustedes ameritan un escrito y/o palabra sincera que les resguarde de volver por
añoranzas y sentirse desilusionados o caer en la nueva rutina.
Claro, sí la vida les obliga, el
regreso con plan, es bueno para recuperarse en el terruño. Porque un problema
de muchos es que se fueron del país sin plan, con el “con mis ganas, resuelvo”,
sin tener costumbres de pago de impuestos, alquileres, servicios que
consideramos caros pero que son ajustables a los salarios disponibles cuando te
colocas en el rango. No me inmiscuyo, pero salir improvisando, es regresar
reclamando; las pruebas están en quienes vuelven o por su cuenta o por el plan
desde el palacio de Miraflores con aquello de que Venezuela está bien y la
condición por volver en sus vuelos, es quedarse por largos años y bien calladitos
para seguir regresando gente así tal cual con dicha sorpresita.
Requieres dólares
Te debe quedar claro que acá hay un permiso de porte y uso de dólares que no
es dolarización sino bimonetarismo, que, mientras no estén rotos o
deteriorados, poseen validez para todo. De hecho, hay infinidad de comerciales
con un deleznable slogan “por tan sólo X
dólares”, como sí nos pagaran los salarios mínimos (menos de $4 al cambio
al día de hoy), que dibujan una falsa realidad entre algunos trabajadores que
afortunadamente les pagan en dólares (tiendas, $20 semanal mínimo) y quienes
aún cobran en bolívares.
Yo no sé si Venezuela está bien por
políticas gubernamentales, pero me queda claro que el dólar, el euro y las criptomonedas
si han sido línea de batalla. Aunque la Venezuela actual es un hoyo chupa dólares que te hace sacar, sacar y sacar hasta que
dices, ¿Cómo es que se gastan tantos dólares en lo básico y semanal?
Venezuela está bien, pero sigue faltando la paz mental
Miren este ejemplo. Regresó el
problema de El Esequibo (ojo, todos estamos de acuerdo, El Esequibo es Nuestro y nadie nos va a sacar de dicha posición);
están llamando a un referendo que no es vinculante, pero sí amerita gastos.
Guyana, Caricom, Cuba y Brasil están en contra, pero acá van a seguir, porque
las preguntas les convienen y las mismas van a traer conflictos.
Por otro lado, de nuevo decretan
las navidades. Y uno se pregunta, ¿Por un lado llamas a la pelea y por el otro
a la paz navideña?; la mente no se aleja de esa dicotomía y termina afectando
al cuerpo.
Y así, el circo de declaraciones
diarias, un día estamos en acuerdos y de paz y a las 24 horas comienza la
cizaña y los slogan, las canciones exprés en contra de alguien o algo, marchas,
inducciones en todos los niveles educativos, por los chats de donde venden el
gas y algunos alimentos, etc.
Miren, eso + la amargura con la que
salen mucho a las calles + las carencias es igual a stress y la creación de un
manojo de preguntas en torno a ¿Esto es vida?, ¿Esta es lo que decían que Venezuela
está bien?, yo mismo me lo pregunto y no he salido de aquí.
Incertidumbre
Qué van a decir, qué sorpresas
traerán, qué slogan o molinos de viento aparecerán. Ese es el día a día.
Incluso sí no ves los medios del Estado, la TV nacional (que cada día ambas
sirven menos y menos) ni sus redes sociales, sigue pegando porque alguien,
incluso para drenar su frustración, te lo dice. Así como no hay paz mental, hay
incertidumbre de sí llegaremos a la quincena o al final de semana con dinero,
pagaremos deudas y/o podremos alimentar o comprar las medicinas de nuestros
seres queridos.
Además, no nos queda claro qué va a
suceder con el asunto de la zona en reclamación (El Esequibo); sí será la lucha
judicial, diplomática o en el peor de los escenarios, la militar.
Porque eso, además de ir en contra
de nuestro proceder, así sea una movilización simbólica eso va a generar gastos
y ello va a repercutir en la maltrecha economía.
¿De dónde van a sacar, qué picarían
o bajarían par sufragar ese gasto militar, propagandístico y de movilizaciones
extras?, ¡Eso sí que nos crea incertidumbre en el órgano más doloroso: el
bolsillo!
Venezuela está bien para tener negocios
Sí, hay negocios temporales. En un
tiempo fueron farmacias, aunque algunas como que se les acabó el stock o el
boom y han cerrado. Los negocios sociales ahora pagan impuestos. Por cierto que
hay impuestos nacionales, estadales, municipales, bomberos, otros medio raros
según el rubro y de vez en cuando pasa alguien a pedirte algo a cambio de
protección o solventarte algún problema que no sabes que tienes, porque
realmente no lo tienes, pero lo puedes tener.
No te puedo mentir, con capital y
ganas y aceptando la carga impositiva, sí consigues un rubro atractivo y
asequible, te puede ir bien en Venezuela. Eso sí, echándole las ganas que
aprendiste fuera de nuestras fronteras (horarios y administración). Con eso te
irá bien, no multimillonario, pero bien, como para afrontar las carencias y ser
una alternativa. Sí vas a invertir en Venezuela, hazlo, la verdad, vale la
pena.
Problemas legislativos y sociales
Ya lo comenté, pero lo refrendo.
Para que digan que Venezuela está bien, deberían de hacer leyes concertadas e
inclusivas para todos. Normas apegadas
derecho. Funcionarios de abajo bien pagados para que no dependan del
ciudadano aunque este no quiera ser su colaborador.
La balanza nunca se equilibra en
todos; de las necesidades crean derechos y eso gasta más al erario y a la
gente, porque son muchas necesidades y quieren de ellos la codependencia en vez
de promover el ser sustentables y así costearse todo.
De esa forma, la inflación crece y
crece, la burbuja también se agiganta y la mente más se estresa por estar
pendiente de a cuánto está el pollo hoy o la azúcar está a menos, porque trae
menos gramos.
Lidiar con las carencias
Bueno, quienes migraron a Europa ya
saben lo que es lidiar con la falta de agua y lo cara que es. Eso es un alivio.
Acá sigue siendo económica (Estado dando pérdidas allí, ero que recoge en
impuestos y tasas altas y soterradas a todos en muchas cosas y actividades).
La electricidad es el stress de
azar que retrasa todo y da pérdida. Miren que la Heladería Coromoto en Mérida había reabierto y ya volvió a cerrar
por las fallas eléctricas.
El gas, es otra lotería. Es cuando
llegue el operativo y eso es perder un día laboral. Igual sí vas a un
llenadero. Sucede también con los botellones de agua.
De la gasolina, el mismo cuento,
incluso en las bombas dolarizadas. Hay quienes han aprendido a lidiar con eso y
triunfan en el predio de la normalidad. Pero sí eso les cansaba, pues entonces
no creo que se puedan reajustar aún.
Venezuela está bien a punta de fiestas y conciertos
A cada rato hay una pachanga, un
concierto, un espectáculo. Porque las penas con paz son menos. Eso sí, hay que tener
dólares y transporte.
Están los que van a conciertos
caros, qué bueno que tienen modo, espero que no hayan vendido nada para eso. Es
algo que debería ser normal, pero acá es caro, más que la tasa en otros países
del continente.
Soy el primer propulsor de que la
gente se debe entretener, no se puede vivir en la amargura. Pero sería bueno
que no fuese todo gubernamental, sino privado y más inclusivo en precios y
variedad.
Mucha tela que cortar en ese
asunto, en especial con el lavado de dinero, ya que traen artistas carísimos
con plata que no se sabe de dónde sale.
Además, el béisbol tiene a la
espada de Damócles por la mano oscura de algunos otros corruptos privados y
públicos. Aunque yo creo que eso ustedes lo saben, ocurre en todo deporte y
mucho evento musical.
No hay oposición real
En cualquier país normal, las
elecciones, por cuestiones de logística nacional e internacional (diplomacia),
se anuncian con antelación. Acá sabemos que son en 2024 por la cuenta y porque
hay candidatos, pero no fecha y con los vientos de conflicto con Guyana eso no parece que sea. Estamos ligando no
equivocarnos.
Pero, les cuento que la oposición
está más dividida que antes, siendo la misma de antes. Además, se incluye a la
falsa oposición pagada, esos que no los quiere ni su madre o que vemos en las
calles y ni sabemos quiénes son, pero molestan por el puro placer de aumentar
el sufrimiento nacional.
La diatriba de sí la candidata
elegida en Primarias queda o no, es otra incertidumbre, aumentada por su
consabida necedad. Hay otros nombres pero se les llama infiltrados, teniendo la
preparación para serlo. Pero la terquedad sin propuestas de la candidata está
pesando. No es tan bonito como ustedes creen que es por lo que les llega. Pregunten
y analicen lo más subjetivamente a los suyos.
El lado del psuv, el mismo
candidato, porque creen que eso es democrático y no cree ni en los suyos para
alternabilidad con ellos. Y sí se fueron por él, ¿Creen que cambiará sí hace
una elección al fin no amañada?; los suyos propios, siempre a la calladita,
están ariscos a su reelección, pero igual, les votan por la adhesión,
convicción y/o rabo de paja o nada más por jorobar, como la oposición falsa y
la que supuestamente es.
El mundo está mal
Por extraño que parezca, el mal del
mundo no está afectando del todo a Venezuela. Las guerras, conflictos,
recesiones, cárteles y/o desastres naturales que al mundo alocan, acá no tanto.
Es como que lo de tierra de gracia nos protegiera hasta
cierto punto. Lo que sí hay es un calor de los mil demonios en época lluviosa,
que pretende subir más y unirse a la temporada de verano. Estamos ligando no
haya sequias.
Aunque aún hay malandros, locos al
volante, gente hastiada y/o demente en las calles, pedigüeños (de verdad o falsos),
no hay tanto mal del mundo en Venezuela. Sólo hay que saber lidiar, ayudar a
quienes se pueda y tener enfocada a la empatía para que no sufra y sea útil al
prójimo.
De vez en cuando hay escándalos,
además de una oleada de agresiones intrafamiliares inéditas y ominosas, que
asustan mucho. Pero no es un virus, son hechos propios de la humanidad. Por sí
no se los habían contado.
Venezuela está bien en el entorno
Hay construcciones nuevas, en
especial de la empresa privada y el comercio. El Internet por fibra o satelital abunda y eso es buenísimo, aunque
muy poco el de CANTV que apenas hace uno que otro show televisivo para una que
otra cuadra en ciudades distintas. Pero hay servicios privados que te salvan y
son precios internacionales.
Además los paquetes de datos
móviles son asequibles aún y mejorando. No son como los de Claro, Tigo, WOM o Telefónica que anuncian en otros países, pero se
puede con ellos.
Más arte, más cultura. Y eso es
bueno. Los cultores de verdad enfrentan a la moda o utilización política y
rescatan mucho de lo que tenemos y eso se debe ver, aplaudir y apoyar.
Las actividades han aumentado y al
menos los niños se han beneficiado. No aquellos que se muestran en actos
propagandísticos, sino los que están en las canchas, parques, plazas, El Sistema, los colegios y liceos,
tareas dirigidas o centros comerciales, entre otras actividades.
Claro que los padres deben esconder
las carencias y escudarles del mundo, pero, ¿No es lo que hacen los padres de
común hasta en los países donde el nivel de vida es mejor?, no es que Venezuela
está bien a juro por políticas gubernamentales o acciones sociales de la
empresa privada.
Esa mejoría es porque los padres
quieren seguir gozando en familia, disfrutando valores, aunque sean ahora tan
distintos y dominados por una pantalla celular (los equipos son relativamente
asequibles y eso aumenta la demanda y el apego).
Sobre los videos que salen de acá
Claro está que la verdad nacional
no sale en los canales del Estado (mucho menos el derecho a réplica y la legítima
defensa u ora visión); y que en los canales privados impera el billete y el
miedo a cierre y cárcel.
Pero no todo lo que le envían a ustedes es cierto, también hay terceros deseosos
que la conflictividad siga y todo se mantenga igual. Que no haya equidad. Que
los pobres crean estar bien y que los pudientes sean el enemigo. Que los
gubernamentales son chéveres y supras o son todos villanos y enchufados.
Miren que hay grupos de poder en
las redes sociales que tienen dos canales de streaming distintos: en uno le
tiran al gobierno, en otro a la oposición y hasta un tercero, donde quieren
buscar tendencias para que la gente se pelee con ambos y se quede con ellos.
Una estrategia de marketing
político netamente manipuladora, que además de monetizar en redes, forma bandos
y paranoia colectiva de cuestiones que la gente no se para a cuestionar o las
niega de plano sin análisis imparcial.
Y eso es lo que le mandan a ustedes
y se ven afectados por una Venezuela que no es así. Y, me disculpan, pero
también les hacen crearse hipótesis, unirse a bandos (hasta el de los
indiferentes o incrédulos es un bando), rompiendo más la venezolanidad.
Venezuela está bien
Al menos eso dicen. Pero sí
produces en dólares, te administras muy bien, compras a conciencia los
alimentos (proteínas y carbohidratos), tomas vitaminas y rompes con la
hegemonía comunicacional, te puede recuperar.
Porque el país actual, no es patria
ni es nación de un todo, pero a la vez, lo es. Es hiperinflación que nadie
pelea en conjunto, pero la sufre y reniega en lo que compra –necesidad o
deseo-.
Hay monte, huecos, noches sin luz,
días sin agua, mucha basura y demás carencias. No sé si eso les hizo irse y
podrían tolerarlo de regresar.
Ni idea sí ello va a cambiar cuando se tiene a los mismos
de siempre y se hacen las mismas cosas; en un ciclo sin final que es una
especie de modo de vida para conservar cuotas de poder.
Acá no es cuestión de gobierno;
esto es cuestión de ciudadanos que son el grado constitucional que tenemos pero
que no se nos cumple, porque conlleva cumplirnos nuestros derechos e incluso,
hay muchos connacionales que no cumplen sus deberes al país, a la cívica y al
corazón.
Siempre hay temor de que lo que se
dice con firmeza –sin ser desalmado- y realidad, sea mal interpretado,
censurado, borrado y judicializado. Pero, ¿Cómo arreglamos al país sí somos
complacientes con unos u otros o peor, con unos y otros?
La vida es un ratico y parece que
el mundo entero nos picó un tanto sin darnos cuenta. Toca vivir y ser como se
es, siempre cumpliendo las normas más elementales de convivencia, para ser y
hacer felices, porque eso es lo que de una u otra forma, se termina devolviendo
con creces.
Lo que sí me queda claro es que ese
aire puro, montañas, mares, lagos, plantas, calles tranquilas, chispa criolla,
platos típicos, bochinche, solidaridad, empatía, trato amable de muchos a
demasiados y espacios de recomposición, existen, nadie les puede negar eso,
salvo que no les aprecie y les mienta para mantener su cerrada posición
ideológica.
Eso que eres tú, puede ser
Venezuela. Quizá sí ya te conociste a ti mismo y puedes desarrollarte mejor, ya
que te construiste en la fragua de la migración, puedas regresar de manera
voluntaria a probar suerte en otro país, distinto al que conociste, pero que es
el mismo del que por tal o cual razón, saliste.
Sólo dije a como pude, sabiendo que
me salí de lo imparcial. Pero es que quise hablarte como mi hermana o hermano
que eres, que aunque te conozca o no, para nada te hablaría para mal o para
mentir.
Mi tarea es invitarte a reflexionar,
porque el libre albedrío y la última palabra, es tuya. Y si quieres probar,
vente a turistear. Nada es rosa, ni negro, ni gris. Es más Tricolor Nacional (o si quieres, Vinotinto).
Un amigo en la distancia, que puede
decir que Venezuela está bien en el corazón de la gente buena y no en una
propaganda cualquiera.
Nota: Lo de Venezuela se está arreglando o Venezuela se arregló es marketing cosmético.