Siempre he dicho que la mal llamada "madurez", no se gana por el sexo, alcohol ó groserías que se pueda decir. La madurez es responsabilidad, ser comedido y decidir qué hacer, decir y si acaso se puede, sentir, sin lastimar o lastimarse. De resto, lo que llaman "madurez" es un engaño, ya que lo asocian con, machismo, feminismo, seriedad y olvido total de quién se fue (niño, sólo Benjamin Button vino de atrás pa' alante como el cangrejo).
Michael Jackson exageró esa nota. Siempre quiso ser niño siendo adulto y no buscar el balance que sería "ideal", léase: Ser niño (inocencia, dulzura, colaborador, alegre, libre, espontáneo), adolescente (adolecer, tal cual dice la palabra, de lo que es el mundo y descubrirlo con ensayo y error, pero consultando siempre, fuerza, vigor en crecimiento), adultez, el período donde somos y hacemos, lo que queremos, lo que debemos o lo que nos llega y vejez, cuando se puede evaluar, contar, enseñar, recordar y cagarnos como bebés y que nos limpien.
Si Michael hubiese aprendido eso, otra cosa hubiese sido. Pero nos enseñó el bien del talento al máximo y el mal de vivir con un lastre que se le endilgaba a su infancia.
Michael, siempre te admiré como cantante, inversor, bailarín, músico, divo y te perdoné, aunque sea el perdón de Dios el que requieres más.
Michael Jackson, Rey del Pop. Sólo tú, podías ser tú. ¿Cuanta plata levantarán Julio Sabala y el Moreno Michael con sus show en tu nombre?