El exceso de humedad y de sol pueden activar a los diferentes agentes contaminantes.
Las flores y plantas son seres vivos, y como tales se ven afectadas por los cambios ambientales, la falta de vitaminas en el sustrato, plagas y, también, por el descuido accidental de los dueños de casa. Si eres de las que ama tener macetas tanto en la terraza como en el interior de tu hogar, debes estar atenta a todos los pequeños signos que revelen alguna enfermedad. A continuación, cómo identificarlos:
- Blanco sobre verde. El contraste no deja dudas: hay presencia de hongos. Las diminutas motas o esa desagradable capa de polvo mohoso –similar al talco– en las hojas y raíces indican que las plantas tienen una infección. Para evitar que se disemine, puedes rociarla con una fórmula especial, podarla y, como parte de la rutina, limpiarlas con frecuencia.
- Opacidad. Si no tiene nuevos brotes, la falta de color es otra de las claves inequívocas que tus plantas están enfermas. Las razones abarcan la falta de abono, de riego, en especial si las hojas se caen por estar demasiado secas, o lo contrario, que la tierra está rebosada de agua. Elige contenedores con buen drenaje y considera cada especie, si requiere luz, estar a la sombra, entre otras.
- Raíces podridas. Aunque difícil de detectar, ¡tu sentido del olfato te lo confirmará! Quizás la solución más efectiva sea trasplantarlas después de dejar secar las raíces por al menos un día. Ahora, si al manipularlas se quiebran, es hora de reciclarlas o desecharlas, según sea el caso.
- Capullos. Las flores, botones y pistilos revelan mucho sobre la salud de la vida vegetal. Así que cuida que no luzcan marchitos o débiles. A veces, solo necesitas cambiar las plantas a una zona más ventilada.
Autora: María Gabriela Cartaya
