Hay
que luchar para cambiar las cosas malas y luchar para que esas cosas malas no
te cambien a ti.
He visto infinidad de
peleas por hastío, de las personas que están haciendo la cola para comprar el
pan. Se irritan porque hay gente que “marca el sitio” o deja pasar a otros “que
le están acompañando” o en confabulación con los trabajadores de la Panadería,
les entregan descaradamente ante las personas que tienen 2 horas o más haciendo
fila; una sumatoria de ego, creencia de superioridad y desparpajo que abruma,
enerva y hace que los más contestatarios salgan al ruedo con sus mejores
groserías, sus recelos, la carga social que les abruma y a veces, su odio y
rencor.
El creerse mejor que los
demás y sacarlo a relucir, crea explosiones; el creer que decir la verdad es
empujarla, apuñalar con ella, avasallar con la misma, también crea corto
circuito en la paz y sale el lado oscuro, sin tapujos, sin control, sin medir
consecuencias.
Aquella expresión
venezolana del montón, “yo primero, yo segundo, yo tercero”, multiplicada por
millones, es una mecha corta que crea explosiones en todos lados.
Los mete cizañas, que
están en los vecindarios, oficinas y en las zonas recreativas o comerciales,
hacen su agosto con tanto necesitado de expresarse, que no sabe canalizar. Los que
no creen en las reglas sociales, cívicas, morales, en los detalles pequeños que
construyen historia y países, son también ese grano de arena negativo que día a
día hace que haya más y más peleas sin control.
Las redes sociales no se
alejan del asunto incendiario. Muchas veces hemos dicho ya que son varios los
que ocultan su cara e identificación, dizque por seguridad, los que alebrestan
a las personas para que saquen lo peor de sí. Son aquellos que odian al
gobierno de nicolás maduro pero centran sus ataques de odio contra la Mesa de
la Unidad Democrática o todo aquel que siendo opositor, chavista o nini, no
apoye un ataque directo, frontal, aunque llenen mares de sangre al país. Y hacen
que muchos más hablen así, sin sentirlo ni medir las consecuencias.
Me consta que en Twitter y Facebook existe gente que es anónima, pero sus tuits no son para malinformar y llenar de rabia, sino para ayudar, diciéndote lo que debes leer, no lo que quieres. Analiza, siente y sabrás drenar para acercar y alejar entre ambas tipos de cuenta y seres detrás de ellas.
Me consta que en Twitter y Facebook existe gente que es anónima, pero sus tuits no son para malinformar y llenar de rabia, sino para ayudar, diciéndote lo que debes leer, no lo que quieres. Analiza, siente y sabrás drenar para acercar y alejar entre ambas tipos de cuenta y seres detrás de ellas.
Hay que ponerse en los
zapatos de los demás.
Es muy fácil mandar a hacer a otros lo que evitas o
disfrazas hacer. Y mucho más fácil el odiar que no lo hagan, porque te
facilitan el drenar un resentimiento que quizá ni tuyo es, sólo lo estás
copiando luego de una contaminación que tiene un primer culpable: tú, por
dejarte consumir por lo malo, cuando siendo bueno, la vida de usual te regresa
todo.
La anarquía comienza
cuando piensas sólo en ti. Pensar en ti es también derivar, para aportar o al
menos, no afectar. La rabia se drena de alguna forma, menos haciendo que los
demás se sientan intransigentes por vivir, desear, soñar o por su forma de
aporte.
Hay muchos que aplican la
mala educación. Y los que no somos así, debemos ser firmes, correctos,
precisos, sin banalizar ni ensuciar nuestras quejas y reclamos, buscando una
forma justa de decir “eso no es correcto”, “lo que hace se debe corregir para
que no nos perjudique”, “si está molesto, yo no soy a quien le debe gritar,
grítese usted”.
Nada molesta y pone mejor
en su lugar a los que se llenan de rabia y atacan, que no les respondan igual. Los
desconcierta y da tiempo de alejarse, desenmascararlos, resolver y vencer en el
terreno que no conocen u olvidaron: el de la buena educación, la concentración
y la paz.
Esto que digo no es ser
bobo, ni tampoco dejarse pisotear. Es esperar para no resolver con más
violencia, gritos ni clichés nuestros día a día. Porque francamente eso hastía
y es el terreno en el que no nos podemos dejar ganar por el socialismo, primer
generador de rabias, división y momentos que crean caos y sacan a flote lo malo
de los buenos y lo peor de los villanos.
Lcdo.
Argenis Serrano - @Periodistech