Quién más, quién menos,
todos la hemos pasado, la estamos pasando o la pasaremos como poco una vez en
la vida. Da igual que seas hombre o mujer, joven o adulto, la
plataforma que uses ni tu género favorito... sin definición médica y con
silencio absoluto por parte de la OMS, la crisis del videojugador existe y es
uno de los momentos más duros para cualquier amante de los videojuegos que se
precie.
¿Qué es la crisis del
videojugador?
La crisis del
videojugador es un cambio en el estado de ánimo, ese momento en el que los
juegos dejan de interesarte y eres incapaz de encontrar diversión en títulos
que hasta unos días antes te tenían absorto. Aparece, como la presbicia, de la
noche a la mañana, y tiene como elemento común la absoluta falta de
interés por los videojuegos y la sensación de que ya se ha jugado todo lo
jugable y no merece la pena seguir jugando.
Muchos lo suelen
identificar de forma erróena con la madurez o la aparición de otras aficiones e
intereses, especialmente de tipo romántico -o de mero folleteo-, sin embargo,
esta identificación es errónea. No necesariamente está relacionado con
la madurez, y en múltiples ocasiones ocurre sin que se de concatenación de
nuevos intereses, lo que deja al sujeto en estado de apatía y aburrimiento
absoluto. Desgana por encender el ordenador o consola, partidas que aburren a
la media hora y la sensación de ser incapaz de sorpenderse como antes llevan al
individuo a pensar que su gusto por los videojuegos ha pasado y que llega la
hora de emprender un nuevo camino, si bien es algo que no les apetece y que es
más una respuesta al condicionamiento social de alto componente negativo
relacionado con el videojuego.
Desencadenates de la
crisis del videojuegador
Como usuario que lleva
36 años disfrutando los videojuegos he tenido varias crisis del videojugador a
lo largo de mi vida. No merece la pena que os cuente mi experiencia
porque cada uno tendrá sus crisis y sus motivaciones, pero sí puedo
aseguraros que no tienen nada que ver con la madurez, que son malas rachas
pasajeras y que, si de verdad queréis seguir jugando, es sólo cuestión de
tiempo que pasen.
La forma de superar una
crisis de videojugador depende, y mucho, de lo que la haya motivado. Uno de los
detonantes más comunes son el juego online y la sensación de ser incapaces de
volver a jugar un modo campaña cuando el online ya nos satura. Otro bastante
común es el fácil acceso a los videojuegos, sea por trabajar en la industria,
aprovechar en exceso las rebajas de Steam y similares, o por la piratería; esto
hace que los videojuegos pierdan su valor a nuestros ojos y los veamos como
algo que simplemente ponemos en la consola, probamos un par de horas y luego
deshechamos sin profundizar en su auténtico valor. La sensación de
tener mucho pendiente por jugar, la convicción de que jugar se ha convertido en
un trabajo, no tanto por nuestra profesión si no por cómo el juego nos
obliga a farmear o entrar día sí, día también para lograr nuestros premios del
día...
...A esto se unen factores
externos, algunos unidos a otros factores psicológicos como la perdida de un
ser querido o una ruptura sentimental; y otros a simples cambios en la
rutina, un cambio importante en nuestro día a día como una mudanza, un
nuevo trabajo, empezar a vivir en pareja, la llegada de un hijo... cosas
que hacen que se nos pase la hora de jugar y nos adaptemos a vivir de otra
manera dejando nuestra afición en un segundo plano -lo que no tiene por qué ser
malo siempre y cuando sea una decisión consciente y voluntaria-.
Cómo superar la crisis
del videojuegador
Como decía, las formas
de superar estas crisis varían tanto como los motivos que las desencadenan. En
caso de estar relacionadas con factores externos, lo mejor es esperar y dejar
que las ganas vuelvan, que los videojuegos recuperen poco a poco su lugar
en nuestra rutina o, por el contrario, sean sustuituidos por otros gustos y
aficiones. El luto pasa, las mudanzas acaban, las nuevas aficiones acaban por
cansar y los hijos, poco a poco, vuelven a dejarnos tiempo para jugar, incluso
para compartir los juegos con ellos, siendo esta es una forma maravillosa de
volver a la afición.
Más difíciles son los
motivos internos, esa sensación de apatía que nace de pronto hacia el
videojuego y que hace que dejen de interesarnos de la noche a la mañana. Algunos
dicen que lo mejor es no esforzarse, dejar de jugar y esperar a que las ganas
vuelvan, o no, con todo lo que ello conlleva. Sin embargo, si tenéis prisa
por recuperar las ganas de jugar, aquí van algunos consejos que a mí me han
valido a lo largo de mis más de tres décadas y media como
videojugador:
-Mima tus plataformas:
Pégale un lavado a fondo a la consola, al mando, al PC, al ratón y al teclado.
Si puedes, hazte con un nuevo mando o un nuevo ratón, teclado, joystick o lo
que uses para jugar. Nada inspira más que el tacto de un mando nuevo, antes de
estar pulido por el uso continuado ante la tele.
-Cambia tu rincón de
juegos: No te digo que te vayas al Tibet a jugar, pero sí que le des un
cambio a tu zona de juegos. Recoge, limpia, pégale un repaso a tu silla de juegos,
cambia la decoración... siente que tu rincón está limpio, fresco, y es un lugar
en el que te apetece estar y jugar.
-Repasa tu catálogo:
Muchas veces es un juego pendiente o un título al que no le dimos el amor
suficiente lo que no nos deja avanzar. Otras, la sensación de rejugar algunos
juegos basta para recordar las emociones que despertó en nosotros la primera
vez. Sea lo uno o lo otro, rejugar o simplemente echar un ojo a viejos títulos
puede servir para librarnos de la crisis. Hacedlo extensivo no sólo al catálogo
actual, sino también a viejas plataformas y juegos antiguos. Una de mis crisis
más terribles la superé poniendo la Dreamcast y dándole amor a Shenmue.
-Ve a lo esencial:
Si tu crisis está originada por la saturación de títulos por trabajo, ofertas o
piratería, a lo mejor te interesa resetear tu vida y empezar tu afición, como
quien dice, de cero. Haz una copia de seguridad de las partidas guardadas y
formatea la consola -o carpetas de juegos de tu ordenador- para dejarla como
nueva. Ahora, descarga sólo aquello a lo que te apetezca jugar de verdad y dale
amor. A veces basta con este paso tan sencillo para volver a sentir interés en
los juegos.
-Encuentra tu
Santuario: Muchos, sobre todos los que trabajamos de esto, necesitamos
juegos que nos saquen del día a día, de las partidas contrarreloj de cara al
análisis, los maratones de horas delante de un musou y la frustrante sensación
de estar ante un walking simulator que no te gusta pero sabes que es bueno y
tienes que analizar de forma profesional. Pueden ser títulos fresquitos que
ayuden a recuperar el amor por el videojuego, o, al contrario, segundas vidas a
las que volvemos cuando necesitamos descansar. En mi caso, Fallout, TES y
ahora No Man's Sky son
mis juegos santuario.
-Da el salto: Si
todo lo anterior falla, tal vez lo que necesites sea recuperar el interés en un
nuevo mercado que te ofrezca algo más. No os digo que os gastéis dinero para
ser felices, pero dar el salto a la nueva generación o de una PS4 a una
Nintendo Switch o una Xbox One y viceversa -dar el salto de una plataforma a
otra- puede ser lo que necesitáis para recargar las pilas y salir del agujero.
Esto también vale para cambios de televisores de normalitos a 4K HDR con consolas a juegos, pero sólo para los que puedas
permitirte, claro -yo sigo esperando al back friday para poder pillar al fin mi
tele 4K HDR-. Antes de soltar la mosca pensad en si de verdad os hace ilusión,
mirad juegos de la competencia e imaginaos jugando a ellos. Si sentís que os
vuelven las ganas, ahí lo tenéis.
Y poco más, hasta aquí
este intento de ayuda a un problema que todos hemos tenido -o tendremos-, y que
espero que os sea útil. Les animo también a compartir vuestra historia y cómo
lo superaste, si lo hiciste, para dar el dato a gente que esté pasando esta
crisis o la pase en un futuro.