Cómo
y Por qué Leopoldo López sería el candidato presidencial del sector democrático.
La
estrategia “Trump-Guaidó”, sigue su curso en un nuevo intento por desalojar a
Maduro del poder.
Autor: Alex
Vallenilla – Periodista de la fuente de Economía – Analista – Diseñador Gráfico.
Mérida/Venezuela
Antes
que nada, la primicia: en unos 90 días se estaría llamando a elecciones
presidenciales en Venezuela, a realizarse posiblemente a finales de 2019 o
principio de 2020.
Aunque
para un sector de la oposición, sobre todo el radical, es prematuro en la
actual circunstancia establecer el tema electoral, en el chavismo/madurismo
comienzan los arreglos. En el lado opositor hay grupos que también adelantan
acciones al respecto. Todo se desprende del acuerdo EEUU-Rusia, sobre la crisis
venezolana.
El
enviado de Washington a Venezuela, Elliott Abrams, desestimó la propuesta de un
sector sobre la implementación del artículo 187, numeral 11, que ahora citan
desde los sectores duros para hacer críticas a la Asamblea Nacional (AN) y al
propio dirigente político Juan Guaidó, quien funge de presidente encargado de
Venezuela, reconocido así por unas 55 naciones.
La
“estrategia Trump-Guaidó” hasta ahora ha tenido el resultado esperado, sobre
todo del factor extranjero y es arrinconar al chavismo/madurismo, hasta
obligarlo a negociar condiciones para que la transición se produzca o se esté
ejecutando en este momento. Rusia pone su presión para garantizarse sus
activos, pero acuerdo es acuerdo.
Quién
sería el candidato presidencial que enfrentaría al del chavismo/madurismo en
unas hipotéticas elecciones a final de 2019 o principio de 2020. Dadas las
circunstancias actuales, todo podría conducir a la figura de Leopoldo López.
El avatar
Juan
Guaidó es Leopoldo López. Se trata de una especie de “avatar” del dirigente que
está preso en su casa. Además, López siempre ha sido la ficha de Donald Trump,
desde que asumió la presidencia de Estados Unidos. Sin desmeritar a Guaidó, un
cuadro duro de López, este último, habla, actúa y se mueve a través del
primero.
Toda
la estrategia desarrollada hasta ahora es de López y la ejecuta Guaidó.
Incluso
el acto de juramentación, un evento que tomó por sorpresa a muchos dirigentes
de los partidos políticos que hacen vida en la AN, es parte de toda la trama.
Eso
explica los movimientos del sector que dentro de Voluntad Popular se ha
enfrentado al líder principal, con eso de haber propuesto de que Freddy Guevara
fuera el presidente de la AN, en vez de Juan Guaidó.
Para
la mayoría el discurso, carisma y simpatía de Guaidó ha calado. En el colectivo
que le sigue, le gustaría que fuese el presidente constitucional, pero no podrá
por dos razones. La primera es que Guaidó ya es presidente interino, según se
ha juramentado y no podría ser candidato, según la Constitución.
La
segunda es el acuerdo EEUU-Rusia. Si a Nicolás Maduro no se le permitirá
repetir como candidato y el madurismo está buscando una figura nueva, de la que
se señala es Héctor Rodríguez, el gobernador de Miranda, los rusos refutan que
Guaidó, al ser un presidente que el chavismo/madurismo no reconoce, tampoco
puede postularse y la oposición debe proponer otra figura.
Es
altamente probable que eso haya sido pensado así. Pues pocos podían asegurar
que Guaidó daría el paso que dio, el pasado 23 de enero. Ni siquiera los
políticos del más alto nivel opositor. Fue una jugada de Voluntad Popular,
prácticamente unilateral.
Llegado
el momento de decirle al país que todo se tendrá que resolver con elecciones,
la figura preponderante que podría postular al candidato es la de Juan Guaidó y
que luego tendría que ser apoyado en consenso, ese sería el mismo Leopoldo
López. Hay que destacar que el régimen lo mantiene inhabilitado, pero la Corte
Internacional de Derechos Humanos (CIDH) falló a su favor en ese sentido, lo
que sería tomado en cuenta en el acuerdo EEUU-Rusia.
Llevar
adelante un proceso de elecciones primarias en la oposición sería demoledor,
crearía nuevas fracturas y enfrentamientos internos que podrían conducirla a un
proceso electoral en condiciones de debilidad para conformar un padrón
electoral nacional eficiente y fuerte, de al menos 95% en los centros
electorales en el país. La falta de un padrón electoral suficiente y capaz es
la causa principal de las derrotas electorales de la oposición.
Por
supuesto que en el acuerdo EEUU-Rusia, se contempla el cambio del CNE. Trump
necesita salir de todo esto antes de entrar a su campaña electoral de 2020.
Fuente: https://en-efectivo.blogspot.com