Sí algo tiene el periodista venezolano
es que no sabe defender con hidalguía su conocimiento y no sabe medirse cuando
ataca. Y luego de ésta frase,
vamos con lo que de usual viene: “presentamos
disculpas ante lo escrito ya que esto está destinado a cierto sector
minoritario, reconociendo la labor íntegra del pleno mayoritario periodístico
venezolano, su amor pro la profesión y el respeto que da e infunde en la
colectividad”.
¡Qué
fácil sería ir aclarando antes de la polémica!
Pero
sí, a muchos periodistas venezolanos les gusta la polémica y el tubazo aunque
arriesguen la credibilidad; las ganas de destacar siendo “ellos”, les trunca
pensar integralmente en “nosotros” o mejor dicho, en “todos”.
Muchos
olvidan –olvidamos- que nuestros títulos bien ganados en universidades públicas
y venezolanas, con experiencia, solidez y rectitud en la instrucción académica
dicen “LICENCIADO EN COMUNICACIÓN
SOCIAL”, con distintas menciones. Y por ese olvido, muchas veces nos vemos
minimizados ante y por médicos, abogados, arquitectos, etc., además de
políticos; no somos mas, no somos menos, somos iguales. Y dicha igualdad es
hacia arriba, hacia la dignificación, el respeto, el buen hablar, la empatía y
el decoro. Se puede hablar de “tú a tú” sin ser ordinario ni intentar meterle
el dedo en el ombligo al otros, mucho menos avasallarlo. Sí bien la
personalidad es algo que se desarrolla desde el vientre, la cortesía, educación
y elegancia, sí se pueden aprender, forjar y amoldar a su propia esencia.
He
sido testigo de lo gregarios que son muchos periodistas. En especial al dar una información al propio
gremio. Y como acá aplica que el primero que llega al evento o suceso va
recopilando y los demás les piden las notas, se guardan lo mejor (un instinto
básico y hasta en cierto punto aceptable), pero entrometen su opinión y
desvirtúan la noticia, lo que el siguiente en copiar va cambiando y así como la
“técnica del teléfono”, la información se va descontextualizando, se hacen
calvo del cultivo para quien no corrobora e investiga más adentro y nacen las
venezolanas fake news.
Los
medios en Venezuela como en todo país, obligan al periodista que usan como peón
(porque siguen olvidando que son profesionales licenciados, nada más por el
sueldo) para que escriban la nota que le convenga a la línea editorial y muchos
se prestan para la charada, el chantaje, la burla, no sólo como vemos en VTV o
Telesur, sino en los medios privados, en los noticiarios o programas de
espectáculos. Se les olvida que también se rigen sobre códigos morales, de la
Constitución y del Código de Ética del periodista, que quizá ni leyeron en las
universidades o andan con aquello de “yo soy de Perdomo, que sí no trabajo, no
como”. Eso los hace pusilánimes como los medios. Cuando luego no les son
útiles, quedan con la raya para toda la vida y con bajas a nulas posibilidades
de conseguir empleo.
El
número de registro en el Colegio Nacional de Periodistas (CNP), sólo se obtiene
cuando se necesita, no cuando se debería para ejercer (eso también influye la
separación del psuv con los colegios y sindicatos); también porque los colegios
no tienen programas permanentes de mejoramiento profesional, legal, psicológico
y de entretenimiento, salvo en ocasiones y fechas puntuales. Esto también es
culpa de muchos de nosotros los periodistas que no exigimos más de los colegios
y que tampoco cumplimos a cabalidad con el pago de las cuotas mensuales o
anuales, renovaciones y demás. Se nos
olvida el sentido de propiedad e identidad como gremio o quizá falta el
detonante para ello.
Las
personas creen que quien está estudiando o ya es comunicador social, lo sabe
todo. Ese estigma ha obligado a buscar información en especialidades que no son
de nuestra fuente y sí bien somos integrales, muchas veces cometemos el error
de adentrarnos en lo que no sabemos y tergiversamos la información, lo que es
un daño a la sociedad. Es como sí un médico otorrinolaringólogo se dedicara a
colocar implantes mamarios sólo porque está de moda y da dinero. No, cada
profesional elige una rama, de ella se componen los diarios y portales web. Y
sí no sabemos un tema, lo investigamos y comunicamos de fuentes oficiales o
fidedignas e igual las interpretaciones, porque estamos para servir a la
comunidad, no para ser su chismógrafo.
Hay
muchos periodistas pantalleros (para el exterior, que les gusta apantallar, la
vanidad, el esnobismo) y eso es lo que influye erróneamente en la infancia y
juventud, creando estereotipos que también son tomados en los medios. Y por una
cara bonita o que le quede como un príncipe el traje, relegan a muchos
excelentes profesionales. No deberíamos olvidar que el periodismo se lleva en
el corazón.
Esta
es una profesión que no paga mucho, pero por la que sí te pegan mucho (y hasta
matan). Es el decir la verdad tal cual, el compromiso, las ganas no de figurar
(tubear), de tener presencia y personalidad desde el corazón, aplicar la
humildad de que sí no estás en un medio, pues donde estés saber que tus años de
estudio aplican en la información, educación, entretenimiento y conexión entre
las personas los que cada persona y conglomerado valorará.
Me
rijo por los periodistas que colocan la honestidad, la humildad, la humanidad
por encima de los intereses personales o mezquinos de los medios o de la
presión de un conglomerado ávido de querer oír, ver y leer lo que quiere y no
lo que debería oír, ver y leer. Esos son los periodistas venezolanos que saben
darle el puesto a cada nota que dan, a cada opinión que emiten, a cada suceso
exclusivo o no que reportan o entrevistan.
Esos
profesionales que saben que son licenciados en comunicación social y que no se
les sube a la cabeza con arrogancia ni ven por encima del hombro con displicencia;
que se preparan y cumplen metas y sueños y que no dicen que están en esto por
fama y fortuna y mucho menos son unos enfermos aduladores, mentirosos,
alcahuetes, corruptos que bien se les puede etiquetar de amarillistas y
palangristas, esos que para nada tocan ese lado maligno son los verdaderos
periodistas venezolanos.
Y
sí, soy periodista y lucho por ser alguien útil en el bien. Mucho me falta,
quiera Dios, la patria y ustedes me ayuden a mejorar y seguir. Pertenezco a un
país con una expresión, desarrollo y contexto que enriquece al periodismo mucho
mucho en el bien, aunque muchos sólo quieran ver el mal.
Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech