En
los años 80 y 90, cada jueves yo leía al periodista de espectáculos Jesús
Bustindui en su columna “Álbum de Afiches” en el Diario El Mundo; a él le
aprendí una frase, “mucha gente se hace amiga del profesional, pero pocos de
uno como persona”. Ácida pero verídica.
Y
es que al profesional lo alaban y destruyen por lo que haga o deje de hacer y
en estos tiempos, lamentablemente, por lo bueno que haga. En el caso de
nosotros los periodistas, decir la verdad sin complacer, pero con el placer de
hacerlo.
Alex Vallenilla, periodista del ámbito de economía y diseñador gráfico, es un caraqueño con corazón merideño que abocó sus esfuerzos al predio digital. No conozco su trayectoria
en medios 1.0, por ello sólo comento los 2.0 que buena referencia han de ser
para ver su profesionalismo.
En
su trabajo metódico durante éstos años, hizo lo mismo que hice, crear su propio
portal, “En Efectivo”, medio del
cual hemos tenido el lujo de publicar algunos de sus trabajos y esperamos seguir
haciéndolo. En él no sólo habla sobre la economía como motor de la vida
material mundial de manera informativa, sino didáctica.
También
ha llevado su didáctica a un portal de reciente data “Bit Academy Web”, donde habla del mundo de las criptomonedas en 2
formas: didáctica (Venezuela tiene muchísimos usuarios, pero son millones los
que no comprenden aún sobre el tema o creen que el Petro es un activo criptográfico
verdadero y referente o que el Bitcoin es un invento del imperio). Y la otra,
enseñanza dura y pura para sacar real provecho a los nodos y monedas
consolidadas y de porvenir.
Cada
miércoles hace un resumen de sus trabajos, refuerza con otros elementos y
adiciona información regional andina y oriental. En resumen, se mueve en las
vertientes económicas y sociales de era convencional, de formación en el
presente y que sean sólidas a futuro. Ese resumen se llama A Media Semana, en un portal web extra.
Pero, ¿cuál es el punto que le
diferencia?
Comienzo
por decir que no lo conozco en persona y sería una neta grosería, tipo hater o
eslabón de delincuente financiero, decir que es una maravilla, que es
sensacional, etc., pero al salir de ese detalle, veo en sus tuits que no es de
medias tintas al cantárselas a quienes hablan con la bilis y sin argumentos
(ergo, ofensivos banales) y no duda en ayudar a quien lo necesita.
Eso
crea un compendio entre el profesional y la persona que uno puede considerar un
buen amigo virtual. A veces parco en palabras para dar las gracias, porque sabe
que está en sus posibilidades y lo único que le puede costar no ayudar, es no
ser feliz por no ayudar; la mayor infelicidad que sentimos los seres humanos de
bien, es sentirnos inútiles o negar un apoyo. Eso sí, una amiga mía lo lee y me
dijo “él es medio Pitufo Gruñón, pero sabe su v…”, cosas en las que tuve que
estar de acuerdo.
La
otra cosa y valiosa, es que habla con la verdad, construyendo desde hechos y no
de suposiciones. Utiliza las fuentes financieras para hilvanar lo que los
periodistas llamamos “estructuras situacionales factibles”, tomando en cuenta
todos los flancos, tanto los de poder como sus consecuencias, las formaciones
físicas, procedimentales, manos de obra, grupos aliados, sopesar los apoyos y
demás.
De
allí ha podido develar pasos bien delimitados en la actual coyuntura
venezolana, explicándolos tal cual deben ser entendidos, salga sapo o salga
rana, porque las informaciones y proyecciones no deben ser complacientes sino
crear bases de acción para consolidar, mejorar, corregir, prepararse, ajustarse
y quizá, hasta soñar y mantener la esperanza de cambio.
A
veces al leerlo uno se dice, ¿por qué no coloca los arroba en los tuits para
que los políticos lo lean y apliquen?, respondiéndome, ¡pues quizá lo hagan sin
necesidad dé!, pero lo cierto es que sus tuits y columnas analíticas que han
adelantado situaciones ajedrecistas de la vida política y socioeconómica de
Venezuela y Latinoamérica bien merecen ser leídos, comentados en familia y
amigos más allá de lo virtual. Sentaría bases para explicar a los pesuvistas el
cómo se ha ido desmoronando su edificio de cartón mojado y a la oposición a sacarse
el chip de las ínfulas cuando tiene piso para crecer. No es Nelson Bocaranda,
pero bien debería tener un sitial en nuestra historia periodística mucho más
alto, él es de quienes reivindican a la profesión y de seguro inspirará a nuevas generaciones.
Para ser directo: Léanlo y sabrán que pasó, pasa y la proyección a ocurrir. Hata otros periodistas se han visto muy detrás lo que él, parafraseándolo "les adelantó".
En
lo personal, le estoy profundamente agradecido por una ayuda que me brindó, así
como cuando me agregó a mi fenecida cuenta en Twitter @Periodistech (asesinada
por Twitter y quizá víctima colateral de las sanciones, así que no me quejo por
perderla…mucho). Más, retomando el tema, vuelvo a darle las gracias y no se me
ocurrió mejor forma que hacer lo que él hace, yo hago y muchísimos colegas
hacen: decir la verdad de lo que se ve y entiende en base a datos reales,
sustento de cualquier columna de opinión que se respete.
Mis
saludos, colega.
Argenis Serrano – Twitter (mientras no
los cierren) @Romantistech - @Monedistech