¿les suena esta historia en su país?, quizá.
Las medidas económicas del Fondo Monetario Internacional
Para acceder a los créditos del FMI, que son como una gran caja de ahorros, los países han de mostrar cuentas claras; por eso Venezuela y la izquierda iberoamericana atacan a este ente porque no les gusta mostrar la realidad y cuando lo hacen, lo dicen entre gallos y medianoche, trémulos, a baja voz, para no causar estupor entre sus acólitos.
Pero éstas recetas siempre tienen un punto en contra que todos, sin importar filosofía política (partidista o no), debemos ver como su fracaso que impulsa las explosiones sociales: el orden de los factores.
Las condiciones es que estén ajustados a precios internacionales, sin subvenciones, que los costos e ingresos se correspondan en todo el entramado público. Y eso es en pro de que no haya corrupción, pero a los Presidentes y sus encopetados ministros de economía que parecen carecer de empatía social, ser ricos de cuna o de un estoicismo en contra de la realidad del ciudadano de a pie, convencen a los mandatarios de hacer las cosas "de un solo dolor", lo que es un error que detona en las calles.
Lo debido sería: Informar al pueblo de las medidas. Justificarlas con los posibles -y debidos- resultados posteriores. Blindar a los más necesitados. Realizar los aumentos graduales (semanal - quincenal). Atención social a zonas rurales y barriadas. Exención de algunos impuestos portuarios y/o de artículos de primera necesidad. Emisión de bonos especiales. Comunicación perenne. Consulta con bases sindicales, gremiales, movimientos sociales. Preparar, distribuir y/o vender kits especiales comida - higiene.
Todo esto visto desde acá, desde nuestra posición de ciudadanía, la que padece y la que también debe entender que los impuestos, los aumentos, los precios corresponden a lo recibido, a las mejoras, al fin del Estado paternalista que subvenciona todo. Y que nuestros sueldos deben cubrir lo necesario, pero nuestras profesiones, oficios, astucia y buena voluntad son las que ganan los extras para las necesidades impuestas y la solvencia.
Hay que pagar para poder exigir; y hay que exigir buenos pagos, que no creen inflación ni escasez de efectivo o falsa liquidez.
Todo ésto para que nada ni nadie propulse caos, sacando lo peor de ciertas personas, pues no son sectores específicos, eso es algo más de la crianza, de la carencia de valores, del alma que se transforma en un efecto dominó de un lamentable número de seres que respiran, que pierden la humanidad y destruyen el plato donde de usual comen.
Y también para que se acaben los que aplauden y alientan cuán demonios con sus dineros, voceros y medios de comunicación, infiltrados y espías.
Sin el uso al pie de la letra de la receta del FMI, sino con el sabor del país, es como cada aumento y ajuste no dará mal sabor de boca. Aunque las cosas suban, la calidad de vida seguirá siendo ella, pura calidad.
Lcdo. Argenis Serrano - Twitter: @Periodistech
