Preguntó Miguelito a Mafalda el por qué las universidades no daban la carrera de Presidente, así los candidatos saldrían con esa especialidad; ella contestó, que no imaginaba quienes podían dictar esa cátedra.
A mi forma de ver, Miguelito tenía razón: Los candidatos
a todo cargo deberían tener doble titulación: la de instrucción universitaria y
la de una educación basada en valores. Pero es una utopía viviendo en una
distopía.
Los candidatos, ¿en qué se preparan?
Parece que todas las constituciones y sus leyes derivadas
en Iberoamérica pautan que para ser candidato hay que ser de dicha
nacionalidad, tener más de cierta edad y en estado seglar. Ya con eso son
válidas sus aspiraciones.
La vida ha demostrado en toda la historia de la humanidad
que la edad no es sinónimo de madurez y probidad. Menos el estar casado
formalmente. Y que la nacionalidad –aunque es lógicamente necesaria- muchas
veces no va ligada al amor patrio.
Entonces vemos a variedad de candidatos postulándose con
el apenas saber y escribir, dotados con el “don de la palabra cercana”, que en
la mayoría de las veces son palabras vacías, una perorata dirigida
explícitamente a darle a las personas necesitadas, sólo lo, que quieren oír,
pudiendo ser luego defraudados en ello. La sinceridad es un veneno para los
políticos, incluyendo a los de la nueva era que intentan hacerlo, pero que la
realidad se los come, siendo el motivo que la explican como un sueño y no como
una cadena procedimental para construirlo.
Esto también ha ocurrido fuera de Iberoamérica. Pasó con “La
Cicciolina”, una actriz picante que fue diputada. En Sudamérica, está el caso
de Brasil donde un artista/payaso salió electo diputado y lo primero que tuvo
que hacer fue buscar quien le enseñara las primeras letras porque era
analfabeto. Los cantantes, actores, choferes, obreros que apenas tienen el
bachillerato. Ellos que se postulan y muchos que los eligen.
Puede sonar discriminatorio, pero si aspiran alto, ¿por
qué no estar a la altura?
Lo que se nos exige a los comunes
Hacer currículum empírico siendo sindicalistas puede ser
bueno para entender en carne viva la realidad social, pero no lo es todo; la
formación Política (política con P mayúscula), amerita instrucción, como
charlas, talleres, diplomados, máster, pregrado y posgrado. ¿Acaso es malo
pedirles ese esfuerzo que a nosotros nos piden y/o exigen?
Intente ir a un banco, empresa de seguros, empresa de
viajes, área de administración de una gran tienda, ferretería, franquicia o
centro comercial nada más con el sexto grado de primaria. ¿Le darán cargo
administrativo o gerencial o de atención al público?, ¡Por supuesto que no!
Entonces, ¿Por qué no exigir mejor instrucción a quienes
se postulan a todo cargo público?, no serían los candidatos perfectos, pero sí
menos populistas. Y por educación se les ha de pedir:
-
Que no se les suba el cargo, sueldo y
ventajas a la cabeza.
-
Recordar de dónde vienen y a dónde van. Ergo, que se olviden de ser snobs.
-
Respetar la dignidad humana.
-
Decir la verdad aunque les duela (a ellos
mismos).
-
Saber consultar a otros estudiados.
-
No jugarle al necio, salvo cuando se defiende
un ideal e ideas buenas o necesarias.
-
Tratar a todos como ciudadanos (otro temor de
los políticos).
-
Saber equilibrar el derecho de la ciudadanía
a recibir, con el deber de la misma a cumplir sus obligaciones (así se acaban
los pedigüeños).
-
Ayudar a los más necesitados a mejorar y no a
vivir de Papa Estado – Gobernación – Municipio.
-
Ser candidatos que demuestren que saben hacer
y leer un presupuesto, que pueden comprender gran parte de la diversidad de
problemáticas explicadas por expertos, que ante las fallas de sus ministros o
aliados, se abren investigaciones y no se unen a ellos porque les saben
secretos o les darán negocios.
-
Que sepan vivir de s sueldo y bonos (que han
de ser buenos, acorde a sus estudios y cargos, eso sí).
-
Saber de Moral
y Luces como primeras necesidades, las que necesitamos todos y mucho más
los que aspiran ser candidatos a cualquier cargo.
Lo que ha resultado de tales candidatos
En cada elección Iberoamérica está el candidato que
ofrece pelear contra Estados Unidos, reclamar cosas históricas y acabar con los
partidos que han destrozado al país. Ganan y hacen las tres cosas, más la
última muta y son ellos el nuevo partido que le hace daño al país. Claro que jamás
debió ser opción.
Está el que ofrece modernismo e integración pero siempre
de la manera más sosa y boba, pero que es la opción porque el otro lo que viene
es a quedarse con el poder. Tampoco es opción.
Y así elección tras elección salen los que defienden el
agredir a la prensa, prohibir libertades, repartir riquezas sin reinversión,
creer que nada se daña y no amerita mantenimiento, mientras ellos gozan las
miles de la vida y el pueblo (porque ciudadanos, nunca de los nunca), siendo
engañados con lisonjas mientras van más y más atrás evolutiva y socialmente,
haciéndose más gregarios y creyendo que ya se acabó la lucha ricos contra
pobres porque sus candidatos les trajeron libertad e igualdad, cuando la lucha
sólo cambió a bandos de los que quieren libertad sin libertinaje contra los que
quieren libertinaje porque creen que eso es libertad.
Conclusión
Demasiado sueño. Ya que hay también miles de personas no
formadas en universidades que son mejores administrando y siendo justos que
miles de graduados que por soberbia o acumulación de poder con dinero y
amenazas o hasta manipulaciones psicológicas, hacen vida política.
Más es una realidad que toda Iberoamérica, EE.UU.,
Canadá, requieren personas que sepan luchar por la dignidad y que no confundan
mano dura con opresión, limitaciones absurdas, alianzas en pro de la dominación
de los pueblos y que sepan repartir las riquezas, comenzando por la educación
para hacer que el dinero crezca pero que en los corazones no prevalezca. Así a
nadie le faltará solvencia ni le sobrará codicia.
Siempre dicen que El Vaticano debería repartir todos los
tesoros para que el mundo deje de ser pobre. Con malos candidatos y la pasión
por tener más o despilfarrar, esos tesoros se acabarían en el lapso de tiempo
entre un Mundial de Fútbol y el otro.
Todo esto porque no se eligieron los mejores candidatos
para cada cargo, que fueran ejemplo real de lo que en vida se puede ser: conocedor, humanista y buen aplicante de
ambas virtudes.