La cerrajería no es un oficio que se aprenda en las universidades, pero sí requiere la atención, entrenamiento continuo, seriedad, disposición y entrega de parte de aquellos que han tenido la buena pro de tomar como empleo el ser cerrajero, para adentrarse a un mundo de protección a los valores ajenos.
¿Cómo es esto posible?, pues tan sólo piense
que ha solicitado a un cerrajero urgente porque se dañó el mecanismo
mecánico o digital de su puerta.
Esta persona brindará un servicio que
garantizará la apertura, reparación o reposición de secciones o la pieza
completa y además, le brindará la constancia de que su trabajo no tiene
implicaciones que vulneren su seguridad tanto en la estructura que está
trabajando como de todo lo que a ella se abre (hogar, oficina, industria,
vehículo).
Las certificaciones del cerrajero
La fiabilidad en el cerrajero es respaldada
tanto por su documentación impositiva y de registro; además en algunos países
se requiere licencia por parte de alcaldías o ayuntamientos y cuerpo de
bomberos para operar una cerrajería y ser personal autorizado para trabajos
extramuros; la carta de buena conducta emitida por los cuerpos
policiales o de justicia es otro aval.
Más siempre el cerrajero va a lo suyo,
asistido por las personas afectadas por el percance y luego se retiran, siempre
con discreción y al trabajo, especialmente para no acrecentar el mal rato que
tienen este tipo de eventos en las personas.
Virtudes del oficio
Todo cerrajero recibe entrenamiento “desde
cero” en las cerrajerías y ferreterías; por efectivos bomberiles o de otros
cuerpos de seguridad; por las empresas fabricantes de llaves electrónicas o
equipos de llaves y candados, etc.
Por eso, debe tener unas bases actitudinales y
conductuales que se transformarán en sello personal y garante de la confianza
del local que le ampara. Algunas de ellas son:
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Ser discreto, no comprometer la privacidad del
cliente, jamás juzgar.
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Sugerir las piezas, modelos, reemplazos,
alternativas que al momento o a futuro, convengan al cliente (honestidad hacia
su buyer persona).
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Disposición real. Si bien tiene su tiempo
personal, ha de sincronizarse con sus compañeros. Las guardias son casi
similares a las de una ambulancia.
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Prontitud para asistir, trabajar, solucionar.
-
Estar a disposición e incluso solicitar
entrenamiento continuo en técnicas o nuevos aparatos para el trabajo en el fondo
de comercio o de dispositivos electrónicos para proteger y abrir.
-
Saber sugerir cambios oportunos, para evitar
nuevos malos momentos por equipos dañados o vulnerables.
-
En caso de tomar una especialidad (gusto,
mayor entrada de dinero), por igual nunca desestimará las diversas necesidades
de los clientes. Tan valioso es para toda persona que un cerrajero le haga una
llave como que le abra una caja fuerte.
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Saber publicitarse. Que las personas sepan
dónde y cómo localizarle. Que su número telefónico sea uno más de los importantes
números de emergencia en una agenda.
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Realizar cotizaciones de equipos y manos de
obra justas. Jamás el trabajo de un cerrajero debe ser más caro que derribar
una puerta y comprar otra nueva.