Existen personas que, de manera beligerante, ponen en
constante riesgo sus vidas realizado trabajos en altura de la manera menos
lógica y más arriesgada. Ello lo podemos ver en cientos de imágenes y videos
virales en Instagram, Twitter, Facebook y TikTok. Son, -evidentemente- personas
que no tienen ni un curso trabajos en altura online por lo menos realizado.
Sólo quieren demostrar su hombría, de la manera más
equivocada, riesgosa y temeraria; una falsa sensación de superioridad les
rodea, acompañada de frases como “Nada malo me va a suceder”, “Eso le pasa a
los descuidados”, “Yo siempre lo hago así", hasta que ocurre.
La suerte es que sobrevivan, sin saber en qué condiciones. Lo
más común en los trabajos en altura es la tasa de mortalidad por una serie de
errores que se cometen. La tasa más alta de salvados y quienes llegan a su edad
de jubilación con la seguridad a cuestas, son aquellos con formación, mística y
claridad mental, quienes trabajan en conjunto y con materiales y equipos de
calidad, observando al entorno y sabiendo llevar su tarea de la manera más
lógica, responsable y por ende, segura.
Trabajos en altura
Son aquellos que se realizan a una distancia al menos mayor
de 3 metros de altura (que es una altura mortal), que también puede incluir
altura al ras del suelo (hoyos) o fosos como los de los ascensores.
De
usual son realizados por electricistas y electrónicos que trabajan para
compañías públicas y privadas de electricidad o telecomunicaciones; quienes
instalan vallas y pendones en postes o entre edificios. Los limpiavidrios o
muralistas de altura. Instaladores de todos en apartamentos. Quienes impermeabilizan
techos o limpian ductos de aires acondicionados. Taladores de árboles e
instaladores de tejas, entre muchos otros.
¿Cuál es nuestra preocupación?
Este
artículo es un llamado a la reflexión. Hemos visto en varias instituciones de
salud a personas que se han caído de escaleras y quedando muy comprometida su
salud. Al consultarles el cómo realizaban esos trabajos en altura, nos
respondían que sólo estaban descalzos o en chancletas en una escalera que ellos
mismos construyeron.
Sabemos
de pintores que improvisan andamios con cuerdas que no son lo suficientemente
resistentes para su peso y tablas bastante roídas. Niños y jóvenes son enviados
sin ningún criterio e seguridad a “mover cables o antenas o limpiar canaletas”,
subidos de manera intransigente a platabandas con cuerdas o trepando hoyos en
los muros.
Algunos
trabajadores del Estado o de entes privados (en general, contratistas),
utilizan muy pocos implementos de seguridad como botas, arneses de seguridad, la
debida implementación de la soga llamada “línea
de vida”, colocación de señalamientos, criterio de dónde se asegura la
escalera y los sistemas de protección contra caídas que los mejores metodólogos
de la seguridad en el mundo han puesto a disposición de la industria.
Así
como es riesgo para esa persona, lo es para quien pueda estar debajo, ya que es
muy común que trabajen en las calles y no coloquen avisos de desvío vehicular
y/o peatonal. De esos accidentes es que deriva aquello de “es de mala suerte pasar debajo de una escalera”.
Hacer bien los trabajos en altura
No
podemos pedir más que el que quieran sus vidas. Que se quiten la errónea idea
del “a mí no me va a pasar nada”. De esas expresiones están llenas las páginas
rojas de los diarios.
Los
implementos de seguridad no son algo engorroso. Son aquellos salvavidas que
muchas personas heridas agradecen haber tenido puesto ya que aminoraron las
consecuencias de una situación accidentada y que no pasó a mayores gracias a
portarlos y/o usarlos correcta y sagradamente.
Cada
día que un trabajador llega a casa tranquilo luego de una jornada de trabajos
en altura, es un día más para agradecer el don de la vida al Creador que le
mantuvo seguro porque él mismo se ayudó.
Ya
dejen de querer demostrar su hombría de la manera más palurda y casi mortal que
existe. No permitan que nadie se suba a lo alto vistiendo de manera incorrecta
y con un criterio de hombre mono o Spiderman que saben que no lo son.
Exijan
como trabajadores y más como seres humanos, los implementos de seguridad para
sus trabajos de riesgo.
Aprendan
de los bomberos y rescatistas, que basan sus arriesgados trabajos, en una
seguridad, revisión, entrenamiento continuo y en el firme saber de que cuidarse
y no ir más allá de sus límites de manera torpe, es como podrán ayudar al prójimo
y salvaguardar sus propias existencias.
Para
los trabajos en altura, hay que hacer cursos, estudiar, practicar, pensar y
sobre todo, quererse y querer al prójimo.