En
la industria del cine, todo ha sido cíclico y a su vez, impuesto por las
grandes empresas cinematográficas en sus estrategias de marketing digital.
Luego de tantos fracasos y sorpresas en este 2023, bien que deberían de
entender el mensaje que están dando todos los tipos de públicos:
“Se
requieren películas que inviten a más personas a ir al cine, no más
segmentación ni cambios de visión radicales”.
Al
menos, esa es la reinterpretación de lo que hemos visto en taquilla, donde
películas ampliamente esperadas, en las que se invirtieron millones en uso de
CGI, guiones de nueva generación, elencos de actrices y actores altamente
conocidos, personajes típicos debutantes o con regresos, resultaron un fracaso
rotundo de recaudación y aceptación, incluso por la misma fanaticada.
Ejemplos
son: The Flash, Indiana Jones, Shazam 2,
Rápidos y Furiosos X, Blue Bettle, La Sirenita, caballeros de Zodíaco, Elementos
y ni hablar del cine Iberoamericano, del que poco o nada se sabe más que en
algunas salas de proyección.
Por
otro lado, películas que la crítica destrozó, de las que no se esperaba mucho,
arrasaron en taquilla, siendo Barbie y
The Super Mario Bros Movie los mayores ejemplos de recaudación en el cine
de 2023.
¿Y cuál es el secreto de estas obras que coparon la escena en el cine moderno?
Como
en su momento hiciera Tim Burton con
“Batman y Batman Returns”, que llevó
al personaje a su máxima expresión, incluso en la oscuridad otorgada y que nos
sacó del Batman de Adam West, las películas antes citadas, tocaron dos puntos
valiosos en los distintos públicos: La
oportunidad de estar no con quienes comparten su gusto en general, sino con sus
familiares, para así estar en preferente, liberándose y reuniéndose en base de
un personaje que cala bien en las mayorías.
Por
eso es que La Película de Super Mario
Bros recaudó tanto en taquilla, porque agolpó a las familias enteras, desde
el padre nostálgico al pequeño que conoce el videojuego. Empoderó sutilmente a
la mujer que se sabe princesa elegante y fuerte. Y su clasificación, temática y
sencillez, creó un efecto de bola de nieve que invitó a más y más personas.
Barbie,
atrapó al sector femenino que sabe que la femineidad está en peligro ante el
progresismo y el erróneo feminismo actual. Demostró que tanto la mujer como el hombre
están sufriendo de manera equivocada por mantener estereotipos en vez de vivir
su vida.
Y
a esa película, se iba en pareja, para que ambos se vieran reflejados en
pantalla. Como debe ser el cine siempre, sea cual sea el género.
Entonces, ¿Comprenderán las empresas?
El
público habló, quiere cine de calidad y que les haga ir en pareja, en familia,
en grupo, para ver algo que pueda de verdad animarles, gustarles, brindarles
entretenimiento, aportar temas de conversación y permitir desinhibirse.
No
todo es complejidad, quizá esa fórmula necesite descanso. Hay que ser más entretenidos
con aportes de valor, que llevar a la gente a ver cosas complicadas o
segmentadas que, incluso los más comprensivos o quienes pertenecen a esos
segmentos de gusto cinéfilo, tampoco van a ver.
Que
varias personas coincidan en qué película ver, asistan, consuman, se diviertan,
salgan alegres del cine, fue siempre la fórmula de éxito que incluso,
imponiéndola al público, animaba a estar de parte del séptimo arte.
Y
no vengan con que el streaming se apoderó de todo. Una sala de cine sigue
siendo mágica, acogedora y distinta. Lo que aleja a la gente, es que se hacen
películas para algunos, cuando deberían seguir siendo para todos. O al menos,
adecuarlas más a las edades y no imponer nada, sino mostrar más arte, diversión y mejores
pensamientos.
¿Entenderán
esto las empresas de cine?, ¡Ojalá!, porque los “cineastas”, esos que crean
películas y se molestan sí el público no entiende los mensajes ocultos que
ellos querían imponer, éstos señores aún no lo entienden.
Y
no por ser comercial, indica que es vacío.
Ojalá
que luego de la pausa que generará la huelga de artistas y escritores, se
vuelva a pensar en todos los públicos, así podrá renacer el cine y se le verá
ganancia a la inversión.