(Artículo de 2009, que posiblemente con los cambios en las gobernaciones venezolanas, haya similitud. Espero estar equivocado en tan críptica opinión).
Es lamentable vivir con la zozobra de que en algún momento a ti o a tus seres queridos -consanguíneos o no- les pueda ocurrir un secuestro.
Si no aclaramos la mente, para nada servimos.
En 2009, yo mismo sufrí por 1 amigo secuestrado. Los ojos se me llenaron de lágrimas, la incertidumbre, la impotencia, las ganas de correr por todas partes y buscarle a sabiendas que es un imposible. Se sueña con tener poderes, pero jamás pensamos en el poder controlarnos y trabajar con objetividad.
Pensamientos nobles y a la vez mezquinos se entrelazan: “No puedo dormir, no me da hambre, estoy inquieto” como en una especie de solidaridad con la persona que está sufriendo. Pero es imposible vivir en cuerpo ajeno. Les aseguro que ese malestar puede avergonzarle y a la vez hacerle sentir menos que la nada.
Es en esos instantes que requiere drenar sus energía y esperar, esperar…esperar.
Mi amigo y quienes fueron capturados con él, fueron liberados gracias a la codicia de los secuestradores que los enviaron a buscar el dinero, dándoles posibilidad de escaparse, pero a su vez fueron señuelos para la intervención dela División Anti Secuestro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), quienes detuvieron a 3 de los secuestradores y dieron muerte a otros 3. ¿Necesario hacer esto de los señuelos? Aunque suene duro y cruel, es una opción viable, más cuando se consultó.
Por ello no me queda duda en felicitar al CICPC por su intervención, pero…
Por ser el primer evento de este tipo en la región aragüeña en la gestión de las nuevas autoridades gubernamentales, el espectáculo de eficiencia se puso a prueba y realmente es un fallo enorme que se repite.
Los secuestrados fueron expuestos en diarios, televisión nacional y regional, sus nombres estaban en boca de todos, donde vivían y laboraban.
Toda la información necesaria para que familiares y compinches de los secuestradores asesinados o capturados, pudieses asumir represalias. A Dios gracias no lo hicieron.
Hace unos días, por un movimiento tribunalicio repleto de incompetencia al trasladar a los 3 detenidos de una cárcel de seguridad media a una de seguridad mínima y a su vez sobre poblada de presos en un 200%, los 3 delincuentes más otros 2 se escaparon.
El jefe de Policía del Estado desmintió con una rapidez que mucho más ensombrece el que fuese complicidad interna la forma de fuga, pero ¿cómo consiguieron las herramientas para cortar los barrotes? Eso no lo surten allí y las visitas a ese centro penal son restringidas.
Pero el non plus ultra del asunto no radica sólo en la corrupción, errores y búsqueda de popularidad que acá hemos plasmado, también en la reincidencia.
Y es que en la nota de prensa emitida por el CICPC y Policía de Aragua, hacen referencia de los fugados como los secuestradores de mi amigo. Pero hay un párrafo dedicado a revelar nuevamente la dirección laboral, estado civil y profesión de mi amigo y sus compañeros secuestrados, colocándolos en riesgo mayor ahora que estos seres han de estar “resteados contra la vida y nada más les importa”.
Por ello las siguientes conclusiones.
La prensa no debe colocar direcciones e identificaciones de personas víctimas de plagio o robo, así sea parte del parte policial que les entrega la propia sala de prensa de los cuerpos detectivescos; tienen la opción y el deber de editar.
Si se les tapa la cara a los detenidos por orden del Código Orgánico Procesal Penal, en defensa de no crearles una matriz adversa en su defensa ¿por qué no hacerlo con los rescatados de plagio?.
No emitir juicios de buena o mala fe hasta que se hagan investigaciones, así no se quedará mal ante la opinión pública y sí podrá demostrar qué tan eficiente y rápido es en búsqueda de la justicia.
Las personas secuestradas están en el derecho de exigir a las autoridades que les respeten su privacidad y no prestarse a estos show, más cuando es tan limitada la protección que se les presta después.
Es lamentable vivir con la zozobra de que en algún momento a ti o a tus seres queridos -consanguíneos o no- les pueda ocurrir un secuestro.
Es a veces un hecho fortuito al cual culpamos con el “yo quizás no debí estar allí” o “si le hubiese dicho que se quedara, eso no le sucede”. Eso no lo sabremos nunca, tampoco es una solución, es un detonante mayor del miedo durante y después de cualquier hecho fortuito.
Si no aclaramos la mente, para nada servimos.
En 2009, yo mismo sufrí por 1 amigo secuestrado. Los ojos se me llenaron de lágrimas, la incertidumbre, la impotencia, las ganas de correr por todas partes y buscarle a sabiendas que es un imposible. Se sueña con tener poderes, pero jamás pensamos en el poder controlarnos y trabajar con objetividad.
Pensamientos nobles y a la vez mezquinos se entrelazan: “No puedo dormir, no me da hambre, estoy inquieto” como en una especie de solidaridad con la persona que está sufriendo. Pero es imposible vivir en cuerpo ajeno. Les aseguro que ese malestar puede avergonzarle y a la vez hacerle sentir menos que la nada.
Es en esos instantes que requiere drenar sus energía y esperar, esperar…esperar.
Mi amigo y quienes fueron capturados con él, fueron liberados gracias a la codicia de los secuestradores que los enviaron a buscar el dinero, dándoles posibilidad de escaparse, pero a su vez fueron señuelos para la intervención de
Por ello no me queda duda en felicitar al CICPC por su intervención, pero…
…Luego del secuestro llegó el show.
Por ser el primer evento de este tipo en la región aragüeña en la gestión de las nuevas autoridades gubernamentales, el espectáculo de eficiencia se puso a prueba y realmente es un fallo enorme que se repite.
Los secuestrados fueron expuestos en diarios, televisión nacional y regional, sus nombres estaban en boca de todos, donde vivían y laboraban.
Toda la información necesaria para que familiares y compinches de los secuestradores asesinados o capturados, pudieses asumir represalias. A Dios gracias no lo hicieron.
Hace unos días, por un movimiento tribunalicio repleto de incompetencia al trasladar a los 3 detenidos de una cárcel de seguridad media a una de seguridad mínima y a su vez sobre poblada de presos en un 200%, los 3 delincuentes más otros 2 se escaparon.
El jefe de Policía del Estado desmintió con una rapidez que mucho más ensombrece el que fuese complicidad interna la forma de fuga, pero ¿cómo consiguieron las herramientas para cortar los barrotes? Eso no lo surten allí y las visitas a ese centro penal son restringidas.
Pero el non plus ultra del asunto no radica sólo en la corrupción, errores y búsqueda de popularidad que acá hemos plasmado, también en la reincidencia.
Y es que en la nota de prensa emitida por el CICPC y Policía de Aragua, hacen referencia de los fugados como los secuestradores de mi amigo. Pero hay un párrafo dedicado a revelar nuevamente la dirección laboral, estado civil y profesión de mi amigo y sus compañeros secuestrados, colocándolos en riesgo mayor ahora que estos seres han de estar “resteados contra la vida y nada más les importa”.
Por ello las siguientes conclusiones.
La prensa no debe colocar direcciones e identificaciones de personas víctimas de plagio o robo, así sea parte del parte policial que les entrega la propia sala de prensa de los cuerpos detectivescos; tienen la opción y el deber de editar.
Si se les tapa la cara a los detenidos por orden del Código Orgánico Procesal Penal, en defensa de no crearles una matriz adversa en su defensa ¿por qué no hacerlo con los rescatados de plagio?.
No emitir juicios de buena o mala fe hasta que se hagan investigaciones, así no se quedará mal ante la opinión pública y sí podrá demostrar qué tan eficiente y rápido es en búsqueda de la justicia.
Las personas secuestradas están en el derecho de exigir a las autoridades que les respeten su privacidad y no prestarse a estos show, más cuando es tan limitada la protección que se les presta después.
Y sí, es paradójico tener que decir lo sucedido, para atacar y prevenir que suceda. Sólo le pido, vívalo en su mente y verá que tenemos razón.