Tomado del user Twitter de
la abogada Catalina Moreno, quien se identifica así: @cboteromarino @uniandesderecho . ExRelatora @CIDH.
@The_Dialogue
@ColumbiaGFoE
@Dejusticia
@Ambitojuridico.
Consejo (board): @article19org @ReproRights
@Fedesarrollo
Lenín Moreno recibió un
país con serios problemas económicos. Entre las medidas adoptadas para afrontar
la crisis fiscal, el gobierno decidió eliminar los subsidios a la gasolina.
Estos subsidios sirven para paliar la desigualdad.
Sin embargo, también alimentan el contrabando en la
frontera y la producción de drogas ilícitas. Los pueblos indígenas y otros
colectivos particularmente afectados por estas medidas, decidieron
legítimamente marchar a Quito para exigir la revocatoria de la decisión.
La respuesta de la fuerza pública fue desproporcionada y
eso alteró a los manifestantes. Las comunidades indígenas están bien
organizadas y sus manifestaciones no son violentas. Durante el gobierno de
Correa se produjeron varios muertos en enfrentamientos con estas comunidades. Desde hace algunos días, sin embargo, comenzaron a aparecer
grupos particularmente violentos que cometieron actos que no son usuales en las
protestas en Ecuador: agredieron gravemente a comerciantes, transeúntes,
periodistas y miembros de la fuerza pública;
Incendiaron edificios enteros como el de la Contraloría -donde
reposan las pruebas de un caso penal contra Rafael Correa-, destruyeron la sede
de medios de comunicación, dañaron instalaciones necesarias para la prestación
de servicios públicos como el agua potable.
Entraron a barrios cuyos habitantes no se habían integrado
a la protesta y armaron barricadas, asaltaron casas y locales y destruyeron
múltiples bienes públicos. Mientras tanto, los líderes indígenas congregaban a
la mayoría de los manifestantes indígenas en un centro cultural. Hay imágenes de grupos de encapuchados actuando en comandos
o de personas repartiendo dinero a estos grupos. Nada de esto pasa en las
protestas indígenas y por eso es razonable suponer que otros grupos - y no los
indígenas- han cometido estos actos de extrema violencia.
La fuerza pública aumentó la represión, cortaron la
transmisión de comunicaciones, hubo detenciones masivas y arbitrarias y, al
parecer, hay más de 5 personas muertas en el contexto de los enfrentamientos;Hay cientos de heridos y tiraron gases lacrimógenos cerca
de hospitales o de lugares donde algunas personas (niños incluidos) se
refugiaban. Hay serias acusaciones sobre el probable uso de armas letales en
algunas protestas.
Los líderes indígenas se desmarcaron (tarde) de los
manifestantes más violentos y finalmente, ante la gravedad de la situación,
accedieron al diálogo y se distanciaron de actos como la quema del edificio de
la contraloría o los ataques a los medios.
El gobierno formuló propuestas concretas para el diálogo y
decretó el toque de queda. Ahí vamos. Pero ¿quién puede estar detrás de los
grupos que actuaron de manera tan inusitadamente violenta?; Desde los inicios de la protesta Rafael Correa llamó al
pueblo a “resistir”, cantó en un video de YouTube el Bella Ciao con un grupo de
seguidores y propuso que, ante el caos (cuando aún no había caos), Lenin debía
renunciar.
Señaló que había que llamar a nuevas elecciones y dijo que
él se sacrificaría y se presentaría a esas elecciones. Correa hoy es prófugo de
la justicia y además no puede competir para Presidente pero él cree que sí para
otro cargo como, por ejemplo, ¿fórmula vicepresidencial?
Actualmente está siendo investigado por la comisión de
varios delitos. Algunos no pueden ser juzgados en ausencia (secuestro) otros sí.
El caso de unos sobornos puede ser juzgado en ausencia y el proceso avanza con
autoridades independientes.
Las pruebas de este caso y de otros casos de corrupción
contra miembros de su administración, están en el edificio de la Contraloría
que fue el escogido por algunos de los manifestantes para ser incendiado. Si
Correa es condenado en ese juicio, ya no podría postularse a nada.
Si hay ruptura institucional y se llama a nuevas elecciones
y Correa es elegido, se ha sostenido que no podrían seguir los procesos
judiciales en su contra.
Las imágenes que llegan sobre el abuso en el uso de la
fuerza por parte de la fuerza pública, sobre edificios en llamas, grupos de
vándalos atacando a gente desarmada e instalaciones y vecinos preparados para
defender sus barrios de estos grupos son dramáticas.
Ojalá lleguen a un acuerdo pronto y se restablezca el
orden, se juzgue a los responsables de la violencia y se acuerden medidas que
no golpeen a las poblaciones más pobres. Y ojalá en el ataque a la Contraloría
no hayan quemado las pruebas en el caso contra Rafael Correa.