Las mentes débiles se derrumban en un segundo y generan muchos errores. Y esa debilidad no sólo parte del temor o la energía que su contraparte pueda generar, sino el no querer armarse de valor, argumentos válidos para su propia –y apropiada- defensa y tener la autoestima suficiente para creerse capaz, solicitar apoyo moral e intelectual y demostrar que el miedo es solo otra manera de energía.
Argumentos válidos
Pareciera que muchísimas personas (incluso
sociedades y países enteros), han olvidado que poseen derechos humanos, declaración mundial que es un texto
argumentativo repleto de solidez y
respaldo por la gran mayoría de las constituciones, promovidas a su vez por el
sector público destinado a las leyes y organizaciones no gubernamentales.
En él se encuentran los derechos inherentes
a la libre expresión y pensamiento, tránsito y respeto al prójimo, una cadena
interminable que en cada caso, valida más los argumentos que se han de exponer
ante explotadores, dictadores, empresas con medios de comunicación parcializados,
grupos de poder (bancario, seguros, minería, petróleo, etc.), buscando el trato
igualitario y de revalorización de la vida que se tiene incluso en la
gestación.
De allí pueden partir los argumentos que
usted quiera y deba exponer ante cualquier falsedad, manipulación,
hostigamiento, coacción, sedición o tendencia
disfrazada de moda que vaya en detrimento no sólo de su existencia, sino
de los suyos y del conglomerado. Porque entre los argumentos que una persona ha
de mostrar para la defensa de sus derechos, se ha de tratar en plural, porque
el personalismo es mezquino incluso cuando se defiende a uno mismo.
Ejemplos: “que nadie más pase por
esta situación”; “todos los que por acá transitan tienen derecho a la
tranquilidad y por ellas como por mí, hablo, protesto y defiendo”.
Pensar a la par de sentir
Hay quienes sólo demuestran sus argumentos
con tarareos, gritos, comparaciones sin asidero o remembranzas de viejas
glorias que no se estructuran con el suceso a defender.
Así como en una exposición en el liceo,
universidad o ante un grupo directivo, utilizamos elementos visuales como: video beam o retroproyector, laptop,
fichas, defendiéndonos con algo de mayéutica auto-respondida, también
deberíamos tener el material que sustente cada idea, necesidad, lógica, suceso,
de manera irrefutable o al menos, poco refutable. Eso garantizará una victoria
a lo justo, ya que la contraparte no podrá rebatir ni abandonar, sino asentir
y/o conciliar, lo que es éxitos.
Nuestras posiciones claras y de fidedigno
respaldo, anotadas, son textos argumentativos que sólo pueden hacer una cosa:
decir, defender y hacer ganar a la verdad. Así que:
-
Piense y aprenda de sí mismo/a.
-
Sienta y procure empatía, sin rebajarse o bajar la guardia.
-
Diga la verdad aunque usted tenga compromiso.
-
Respalde los sucesos o hipótesis con hechos
reales, jamás con supuestos.
-
Anote en el mayor y mejor orden cronológico.
-
Busque diversificar sus argumentos con casos
iguales y consecuencias negativas a prevenir con ello y positivas a maximizar.
-
Dígalos con propiedad, naturalidad. Léalos ad literae y responda en base a ello, buscando
acrecentar la verdad como su real posición.
Que sus anotaciones pro defensa sean textos argumentativos de lectura
o de escucha, válidos para la victoria
de la justicia. No menosprecie el poder del lápiz y papel en pro de hacer
las cosas correctamente; los respaldos, hacen más fuertes y valederos a sus argumentos.