Desde
el año 2016, en Aragua (y muchas partes del país, incluso Caracas, la ciudad capital
nacional), el problema del agua ha sido la constante, específicamente en una
variante: Dónde conseguir agua potable. De allí que la conservación del agua ha
sido “forzada” en una población que delegaba dicha tarea al ente nacional
/regional para los recursos hídricos. Entendiendo todos que, o se cuidaba el
recurso o lo perdíamos para siempre.
Es
triste tener que decir que nuestra amor e interés por la conservación del agua,
es por notar que ese recuso ya no estaba llegando a nuestras casas por las tuberías
y que el costo del agua potable embotellada
es cada vez mayor. Además, se le da otros usos que la toma o preparación de
alimentos, como lavar ropa, platos, pisos, sanitarios, en fin, más de lo
estimado de uso.
Por
eso, el costo se elevaba para los usuarios, ya que sin agua en el grifo y sin
poder pagar un camión cisterna, debía suplirlo con agua de los camiones, algo
que se hace difícil de costear.
La pureza del agua
Las
tomas de agua, tanto en los pozos de la empresa hidrológica del Estado, como de
las urbanizaciones privadas y entes nacionales como la Universidad Central de Venezuela, se volvieron el auxilio de la
ciudadanía. Quien esta nota suscribe, muchas veces ha tenido que acarrear agua para
su casa, por ese motivo.
Eso
hizo que muchos hiciéramos mayor conciencia de nuestros recursos hídricos. En especial
porque esta es un agua de manantial libre de impurezas y apta para beber. Casi tan
pura como la que brota del hermoso manantial del Cenote azul en Bacalar (México), que si bien no se utiliza para paliar
una situación igual (y afortunadamente, no se comercializa), ayuda a mantener
la salud al tope y cubrir parte de otras necesidades, ante las constantes
fallas en el suministro de agua por parte de las autoridades.
Las
autoridades de la UCV Venezuela, al
notar que algunos usuarios provocaban daños en los grifos para distribuir
(beligerantes algunos y otros en pro de dañar patrimonio y a la colectividad),
optaron por colocar dispensadores gratuitos de agua hacia el lado fuera de la
Universidad Central de Venezuela, Núcleo Maracay.
Diariamente,
cientos de personas de todo estrato social, llenan sus botellones de agua para
beber, lavar, fregar, desinfectar. La comunidad está muy agradecida y, a la
mala, tuvo que aprender que la conservación del agua no era un juego.
Porque
si bien es un derecho, también implica el deber de cuidar que no se contaminen
los ríos, montañas, afluentes, cabeceras y/o génesis de este recurso indispensable
para la vida.
Han
aprendido a cuidar lo que bien se les ha dispuesto. Ya los daños han llegado a
cero, porque vecinos y lejanos, cuidan a ese humilde grifo que bien les sirve. Y
sí se daña, lo reponen de manera desinteresada.
A
veces la conciencia ciudadana amerita una buena batida para que despabile,
surja y se imponga. Sin que ello aleje a las autoridades de cumplir con su
deber.
La conservación del agua
Además
de la conciencia ciudadana, cuidar los recursos que funcionan para todos y no
ser parte de la contaminación, recopilamos algunos consejos (no técnicos) para
ayudar a la conservación del agua y protegernos entre todos. A saber:
Limpieza
de los cuerpos de agua y la purificación del agua para su uso potable.
Aupar
y colaborar en el procesamiento de aguas residuales y la reducción del uso de
agua en el hogar (evitar el despilfarro por caprichos).
Ayudar
a mantener los ecosistemas acuáticos
saludables, lo que a su vez contribuye a la biodiversidad.
Reciclar
el agua de lluvia (para pisos, plantas y sanitarios). Asegurarse de que los
cuerpos de agua se mantengan limpios.
Reparar
los grifos. No lavar pisos “a manguerazos” y saber regar las plantas con poca
agua, pero de manera eficaz. No creer que por echarse mucha agua, se está
bañando; ese es un proceso metódico que ha de saber hacer a conciencia.
Alternar
la compra de agua con el ir a los grifos populares. Esto da igualdad de
oportunidad a todos y aligera su economía, sin afectar a quienes distribuyen
agua como negocio.
Estas
medidas simples pueden tener un gran impacto en la conservación del agua y
ayudar a asegurar que los recursos acuáticos estén disponibles para todos.