Señales de que estás dejando que alguien influya demasiado en tu vida


Quizá se trata de tu pareja, tus padres, tus hijos, tu jefe o incluso tu mejor amigo o un compañero de trabajo, personas con las que te relacionas a menudo y que, poco a poco, van adquiriendo protagonismo en tu vida, a veces demasiado, llegando a traspasar los límites de lo que podría considerarse saludable. 

Esas personas pueden ejercer una influencia negativa en la forma en que piensas, sientes y te comportas llegando a afectar tu equilibrio emocional porque les has dado demasiado poder en tu vida. Y a medida que crece su control, tú empequeñeces más. 

El problema es que muchas veces las señales son tan sutiles que pasan desapercibidas y las atribuimos a otras circunstancias. Sin embargo, aprender a detectar a tiempo esos signos de dominación o manipulación es esencial para retomar el control sobre tu vida. 


Los signos de control emocional que indican que estás dejando tu vida en manos de otros 


1. Te sientes cada vez más culpable 
Si cambias tus decisiones y comportamientos porque alguien te está tirando de las fibras del corazón, eso significa que le estás dando un enorme poder sobre ti. Si esa persona juega la carta de la culpa, de manera directa o indirecta, y tú asumes que la responsabilidad es totalmente tuya sintiéndote mal incluso por cosas que realmente no te corresponden, es probable que te esté manipulando. Por eso, si cuando estás al lado de una persona sueles sentirte culpable, es una señal de alarma que te indica que has dejado demasiada libertad para que juegue con tus emociones 

2. Su opinión dicta tu autoestima 

A algunas personas no les gustarán las decisiones que tomes, y pueden darte su opinión al respecto, pero si de repente notas que empiezas a sentirte mal contigo porque sus opiniones generan una autoimagen negativa, es hora de dar un paso atrás. Si descubres que tu autoestima sube y baja en dependencia de las opiniones o el grado de aceptación de alguien, tienes un problema: le estás dando demasiado poder y estás dejando que sus valoraciones influyan sobre cómo te ves y te sientes. 

3. Te quejas por las cosas que “tienes” que hacer 

Si descubres que en los últimos tiempos te estás quejando más que de costumbre, quizá se deba a que alguien está intentando imponerte sus decisiones y forma de ver la vida. Es algo común entre los padres e hijos, por ejemplo, quienes pretenden decidir sobre la vida de sus hijos, “obligándoles” a asumir responsabilidades y emprender proyectos que realmente no les apetecen ni interesan, solo porque es lo que se supone que “deben” hacer. Por eso, si la insatisfacción ha sentado casa en tu vida y últimamente los compromisos comienzan a pesarte, ha llegado el momento de revalorar tus prioridades. 

4. Te empeñas en demostrar que alguien está equivocado 

A veces, cuando alguien tiene demasiado poder sobre ti, en vez de utilizar una estrategia de afrontamiento directo, emprendes una lucha subrepticia para demostrar que se equivoca, con la pretensión de recuperar tu libertad. En realidad, es una estrategia desgastante que no conduce a ninguna parte. Tus decisiones son tuyas, no necesitas convencer a los demás, por lo que si a menudo descubres que estás intentando convencer a alguien de que has tomado las decisiones correctas, deberías revalorar tus verdaderas motivaciones. Una cosa es explicar tus motivos y otra necesitar la aprobación de esa persona. 

5. Te esfuerzas demasiado por evitar las críticas 

Las opiniones de los demás pueden ayudarte a crecer y tomar mejores decisiones, pero si en cierto momento descubres que te estás esforzando sobremanera tan solo para evitar las críticas, tienes un problema. Eso significa que estás centrando tu vida en complacer a los demás, en vez de hacer lo que realmente te agrada y satisface. Es obvio que hay que encontrar un punto medio, pero también es obvio que no es posible vivir la vida que quieren los demás. Por eso, si le temes a las críticas de una persona, es porque le has dado tal poder en tu vida que estás dejando que determine tu valía con su tabla de medir. 

6. Dejas que saque lo peor de ti 

Todos tenemos un lado luminoso y otro más oscuro. Es normal. Sin embargo, si descubres que cuando te relacionas con una persona casi siempre respondes con irritabilidad, crispación o ira, eso significa que le estás dando demasiado poder sobre ti, le estás permitiendo que saque tu peor cara. Esa persona está ejerciendo una influencia negativa y no te ayudará a crecer, todo lo contrario. Por muy estables emocionalmente que seamos, hay personas con las cuales es difícil lidiar, que terminan tocando nuestros botones rojos y poniendo a prueba nuestra paz interior. 

7. Inviertes mucho tiempo hablando de una persona que no te gusta 

Cada minuto que pasas pensando en alguien que no te agrada o quejándote por sus actitudes, son 60 segundos que pierdes de felicidad. El problema es que muchas veces esa persona te atrapa en su tela de araña y, sin darte cuenta, poco a poco dedicas más tiempo a quejarte que a resolver el problema. Por eso, si últimamente piensas mucho en las malas actitudes de alguien, en sus palabras hirientes o en sus críticas, es que le estás dando demasiada importancia en tu vida y quizás deberías aprender a establecer una distancia psicológica.

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