Un proceso de maquila
funciona a partir de un contrato, (denominado comúnmente contrato de maquila),
el cual plantea como objetivo de compromiso que la empresa maquiladora utilice
su capacidad instalada y procesos productivos para la fabricación de productos
tangibles o la prestación de servicios intangibles (dentro de un programa de
producción pre-determinado), destinados, en la mayoría de los casos, al mercado
de exportación; dichos productos son encargados por una empresa extranjera.
Un proceso de maquila funciona
a partir de un contrato, (denominado comúnmente contrato de maquila), el
cual plantea un compromiso, por el cual una empresa conocida como maquiladora,
emplee su capacidad instalada y procesos productivos para la fabricación de
productos tangibles o la prestación de servicios intangibles (dentro de un
programa de producción pre-determinado), destinados, en la mayoría de los
casos, al mercado de exportación. Este proceso se desarrolla con el fin
de ahorrar costos y reducir el precio final del producto.
Bajo el programa de
producción en el sistema de maquila, se permite la importación
temporal (en muchos países como México y Paraguay, con suspensión de
impuestos (a partir de presentación de garantías a la autoridad aduanera)
de materias primas, insumos, partes o componentes, así como bienes de capital
(maquinarias, herramientas y equipos) necesarios para la elaboración de
productos y servicios exportables.
Puede existir o no la
posibilidad de vender una parte de los bienes importados, por lo general esta
no es una práctica común, pero se dan casos en que se establecen porcentajes
que pueden ser vendidos del total de la importación. Por ejemplo en
México la ley contempla que estos bienes no deben ser comercializados, a
diferencia de Paraguay que estima que si se puede vender hasta el 10% de
volumen total de bienes importados, regularizando los impuestos respectivos.
El esquema tributario
aplicado a este tipo de sistema suele ser diferenciado, basado en el concepto
del Valor Agregado, que puede definirse como la sumatoria de todos los costos
incurridos y necesarios para poder llevar a cabo un proceso productivo
bajo el régimen de maquila. No se incluye el valor de las mercancías
enviadas por la empresa matriz sujetas al régimen de importación temporal.
El concepto de Valor
Agregado, está compuesto en esencia por el costo de la mano de obra, los bienes
y servicios adquiridos localmente, el costo de depreciación del activo fijo
propiedad de la maquiladora, el costo del servicio provisto por la
empresa maquiladora a su matriz (denominado servicio maquila), y
otros.
En los tiempos
actuales este sistema ha decaído en países como México, debido
principalmente a la invasión de productos chinos a bajo costo; sin
embargo, funciona todavía con algunas variantes, en países como Taiwán y Hong
Kong, donde empresas norteamericanas y europeas “encargan” líneas de productos
para ser fabricados ahí.
La producción bajo
maquila implica también el otorgamiento de ciertas concesiones, por
ejemplo autorizaciones y permisos para emplear la marca y los diseños
relacionados con el producto a fabricar; estas suelen ser temporales, hasta
terminar la línea de producción.