Barreras de la Comunicación entre las Personas en los Negocios

 

Barreras de la Comunicación en los Negocios

Muchas personas en posición directiva, gerencial, departamental o encargadas de comercios, incluso en el hogar, no saben explicar el por qué no han podido establecer una franca y fluida comunicación con sus subordinados, pese a los esfuerzos que según dicen, han realizado en tal sentido.


De acuerdo con la opinión de no pocos expertos en relaciones humanas, la raíz del problema está en un hecho muy simple: la aparente incapacidad de esas personas para cerrar la boca y abrir oídos y mente.


“Cállese y comience a escuchar”, es la recomendación de uno de esos expertos, quien agrega que “un gran número de gerentes –tal vez usted mismo-, tienen el hábito de transformar las conversaciones en monólogos, una excelente manera de perder tiempo, dinero e ideas”.


No debe haber una sola persona en posición directiva o de liderazgo a quien no le agradaría conocer la respuesta a las siguientes cuestiones:

1)      Lo que sus subordinados piensan de dicha persona como jefe.

2)      Lo que sus subordinados creen que son sus defectos o puntos débiles.

3)      Cuándo sus palabras son incapaces de llegar a ellos.

4)      Cuándo sus intentos de motivarlos son contraproducentes.


Sin embargo, la mayoría de esas personas sabrán las respuestas a esas preguntas, ¿Por qué?, simplemente porque no escuchan lo que las otras personas les dicen a menos que sean lo que deseen escuchar. Y eso, no es real atención.


Por ejemplo, una compañía investigó entrevistas jefe – empleado grabando varias de ellas. Cuando se le pidió a cada uno de los jefes involucrados en el experimento estimar cuánto tiempo había estado hablando; la mayoría respondió que entre un 40 y 60%. Pero cuando se les mostraron los videos los jefes se mostraron sorprendidos al comprobar que casi todos ellos habían estado hablando entre un 75 y 90% del tiempo.




Necesidad de escuchar

Las personas con autoridad rara vez sienten una verdadera necesidad de escuchar a sus subordinados y a otras personas.


Debido a su autoridad, la mayoría de estas personas bloquean la comunicación con sus subordinados en vez de crear los canales que les permitan establecerla. Escuchar lo que las personas dicen implica algo más que oír sus palabras.


La actividad más común en el mundo de los negocios es la de dos personas conversando. Pero la mayor parte de esta comunicación se desperdicia cuando es entre subordinados y jefes. Estos últimos hablan pero no estimulan a que los interlocutores lo hagan.


Una gran cantidad de problemas podrían resolverse si fuera posible implantar en el cerebro de otra persona un dispositivo que nos permitiera saber lo que está pensando.


Una de las mejores formas de usar el lenguaje es simplemente darle a nuestro interlocutor la oportunidad de hablar.


Agregue a esto un honesto deseo de comprender los sentimientos de esa persona y comprobará que su eficacia como comunicador es sorprendentemente grande.


La mayoría de las conversaciones de negocios pueden dividirse en dos categorías: las conversaciones cerradas y las conversaciones abiertas. Las primeras son las más comunes, con el ejecutivo tomando control de la situación, yendo al medio del asunto tan pronto como sea posible, usando preguntas cerradas que no dan lugar a las excusas y a respuestas que hacen perder el tiempo.


Debido a que siempre está apurado, el ejecutivo hace todo el gasto de la conversación.


Obviamente, si su interlocutor toma la palabra le hará perder una gran cantidad de tiempo con comentarios insubstanciales. La paciencia del ejecutivo, supervisor, encargado, etc., es a veces escasa porque desea ver resuelto el problema, terminar la entrevista y volver a su trabajo específico. Pero el inconveniente con este proceder es que el problema muy probablemente se seguirá repitiendo en dosis distintas y por tiempo indeterminado.


Un ejemplo de barreras de la comunicación

Supongamos por ejemplo que el gerente de producción de una planta de artículos electrónicos llama a un supervisor y le lanza la siguiente pregunta:

-    ¿Cuál es la excusa de hoy para no haber podido cumplir con la cuota de producción?


Ya allí el gerente ha prejuzgado porque está justificadamente harto y no desea más excusas. Sólo está dispuesto a escuchar razones válidas (o más bien la clase de razones que él o ella considera válidas), pero probablemente sabe que no hay ninguna.


El supervisor puede ver todo esto en la pregunta que se le ha hecho. Se tiene que proteger y masculla una explicación que no explica nada.


El gerente vuelve a la carga diciendo:

-¿Me está queriendo decir que hay escasez de partes?


A lo que el supervisor podría responder:

-    No, no es que se carezca de las partes necesarias, pero…


La entrevista termina abruptamente con la advertencia del gerente de que la producción debe aumentar al día siguiente. Pero, ¿ha sido el problema resuelto o tan siquiera examinado? En realidad, no, sólo se hurgó en las fallas, pero no se remediaron con el concurso de todos.



Resultados significativos

Las barreras de la comunicación se rompen cuando se saben utilizar las conversaciones cerradas como manera necesaria y útil, pero no en situaciones como las del ejemplo anterior.


Las conversaciones abiertas, en cambio, permiten ir debajo de la superficie. Esta forma de actuar exige más tiempo, pero muy pocas veces se le desperdicia.


Mientras que el método de la conversación cerrada emplea una pequeña cantidad de tiempo para lograr muy poco o nada, el de la conversación abierta emplea más tiempo pero consigue resultados significativos.


¿Cómo es el método de la conversación abierta?

En lo esencial, el método de la conversación abierta significa conseguir que la persona se abra y se sincere, mientras usted escucha atentamente tratando de desentrañar el significado profundo de lo que dice. Para aplicarlo, simplemente: No interrumpa, no presione ni pretenda conducir la conversación.


Con un honesto deseo de resolver el problema (y no tan sólo de adjudicar una culpa) usted tendrá una buena posibilidad de llegar a la raíz del mismo.


No se preocupe por las divagaciones de su interlocutor. Si escucha de verdad lo que él o ella están diciendo usted se enterará de muchas cosas.


Los gerentes que se han adiestrado a sí mismos en el uso del método de conversación abierta afirman que es una de las formas más rápidas y más directas de incrementar la productividad, mejorar la calidad, reducir los costos, unir a las personas y resolver otros problemas.


Lcdo. Argenis Serrano - @Periodistech


#FREEBITCOIN: Aprende a Ganar #Bitcoin #btc GRATIS DE POR VIDA

Cómo ganar bitcoin con Freebitcoin a diario sin importar lo ocupado que estés Atención:  La plataforma Freebitco.in ha mejorado muchísimo. C...

Entradas populares